Venezuela transita por un camino peligroso
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-. Los últimos acontecimientos en Venezuela mueven a válidas preocupaciones.
Poco a poco se socavan los cimientos de la democracia, con violaciones a los cánones de los derechos humanos y el respeto a la dignidad de los venezolanos.
La ambición de poder de una parte de la cúpula en Venezuela lleva a ese país por un derrotero muy peligroso.
Las presiones, las amenazas y las coerciones a las libertades democráticas evidencian que las cosas no marchan bien en Venezuela.
Lo que pudo ser una fiesta para el fortalecimiento del sistema democrático, como fue que más de 11 millones de venezolanos acudieran a las urnas el 28 de julio, hoy represente la manzana de la discordia y de la división, además de fomento de violencia con el fallecimiento de 27 personas, con 912 heridos y 2,400 detenidos.
La prudencia ha estado ausente en el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien insiste en permanecer en el poder hasta 2030, con un movimiento interno y externo contrario, lo que agravará el viacrucis que, durante sus mandatos, ha vivido el pueblo venezolano.
El diálogo y el entendimiento han sido marginados por las autoridades y los opositores para poner sus intereses particulares por encima del bienestar colectivo.
La verificación de las actas de votación pudo ser el camino inicial para que hoy Venezuela no estuviera en este momento de confrontación y división.
La salida de Caracas del líder opositor Edmundo González Urrutia rumbo al exilio en España es un preámbulo del agravamiento del conflicto en Venezuela, ya que el presidente Maduro y sus cercanos colaboradores han perdido todo escrúpulo y se consideran por encima del bien y del mal, amparados en instituciones y leyes que ellos mismos controlan y aplican, al margen de los derechos ganados o consagrados para el bien colectivo en ese país.
Sería lamentable que Venezuela concluya en uno de dos caminos: atrapada totalmente por una implacable y sangrienta dictadura (para lo cual falta muy poco) o en un camino sangriento que ayude a que el pueblo venezolano retorne al sistema democrático.
Estas dos vías son lamentables y deben evitarse, ya que arrastran pérdida de vidas y el quebrantamiento de un adecuado orden de convivencia entre los venezolanos.
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