BUENOS AIRES, Argentina.- El valor de las exportaciones de América Latina y el Caribe aumentó un 9,7 por ciento en el primer semestre de 2018 frente a igual período del año anterior, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). No obstante, el fenómeno ocurre en medio de señales de que la región va perdiendo competitividad, en un contexto de aumento de los riesgos coyunturales y de tensiones comerciales globales.
El crecimiento de las exportaciones fue impulsado por un aumento de los precios de materias primas como el petróleo y el cobre. En cambio, el volumen de las exportaciones se desaceleró al 3,1 por ciento en el mismo período, reflejando la pérdida de cuotas de mercado ante las mermas en la competitividad y la falta de una mayor calidad de las exportaciones de muchos países de la región.
Ante este panorama, el reporte titulado El Salto de Calidad: la Sofisticación de las Exportaciones como Motor del Crecimiento , parte de la serie Monitor de Comercio e Integración, traza un panorama del grado de sofisticación de la oferta exportable y de los principales desafíos para posicionarse en los segmentos más rentables del comercio mundial.
Independientemente de otros factores como la crisis económica que atravesaron varios países y que redujo la demanda externa, el rezago competitivo determinado por baja productividad y altos costos comerciales afectó el desempeño comercial de la región.
Para medir la pérdida de competitividad, el estudio mide la variación de la cuota de mercado entre 2011 y 2016, poniendo énfasis en las exportaciones intrarregionales. La región tuvo una baja en competitividad en el período de 7,4 puntos porcentuales, lo que explica un 22 por ciento de la reducción de las exportaciones en el período. El análisis no pretende representar una discusión exhaustiva de los determinantes de la productividad y competitividad, que radican en un conjunto de fenómenos no exclusivamente relacionados con la capacidad de competir en los mercados mundiales
“En un contexto global de incertidumbre creciente y de baja competitividad regional es urgente priorizar una agenda de políticas que permitan dar un salto de calidad en las exportaciones”, señaló Paolo Giordano, Economista Principal del Sector de Integración y Comercio del BID y coordinador del informe. “Exportaciones más sofisticadas permitirían sostener la recuperación comercial en curso y a sentar las bases para un mayor crecimiento futuro”.
Brecha de calidad
La brecha con los competidores globales es amplia y se ha mantenido inalterada por décadas. Si bien existen historias de éxito y claras oportunidades de expansión en el margen cualitativo, buena parte de las ventas externas no supera un rango de calidad media.
El informe identifica las líneas de productos que tienen mayores espacios para aumentar su calidad como alimentos (café, cacao, azúcar, cereales o pescado) y materiales crudos (madera, pieles o cueros), entre otros. Por ejemplo, los países pueden exportar granos de café o cacao de mayor calidad, o cueros con mayor grado de elaboración.
Analizando las diferencias entre el comercio intrarregional y el extrarregional, se observa que la canasta de exportación intrarregional está más diversificada, contiene una mayor proporción de manufacturas, es de mayor densidad tecnológica y cuenta con niveles de calidad más elevados. Sin embargo, en el periodo de postcrisis los países de América Latina y el Caribe han perdido cuota en el mercado regional a causa de un deterioro en la competitividad. Asimismo, no se ha aprovechado el potencial de la integración regional para desarrollar cadenas de valor complejas basadas en el intercambio de productos intermedios e insumos productivos.
El informe aboga por una agenda de políticas multisectorial ambiciosa. A nivel nacional recomienda la construcción de sistemas de infraestructura para la calidad que sean integrales, eficientes y claramente orientados a la internacionalización. A nivel regional, argumenta a favor de iniciativas orientadas a completar y racionalizar la arquitectura comercial asociadas a inversiones en infraestructura que faciliten una mayor integración productiva.
El fortalecimiento de los flujos comerciales de mayor calidad y de las cadenas de valor regionales favorecería no solamente la diversificación y sofisticación de las exportaciones, sino que contribuiría a aumentar la competitividad de las economías de la región en el mercado mundial.
El Monitor de Comercio e Integración 2018 fue dado a conocer en un evento organizado en Buenos Aires por el Sector de Integración y Comercio del BID y su Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL).
FUENTE: Banco Interamericano de Desarrollo
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