¡¡¡Una Corte fuera de tiempo!!!
SANTO DOMINGO. (AUTOR: Gilberto Guzmán, periodista y productor del programa Reporte con Gilbert).- La conformación de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) a la luz de los nuevos tiempos ya es prácticamente obsoleta.
Necesita de una revisión de sus estatutos que dieron origen a su fundación. Su creación se hizo en momentos convulsos que vivía el mundo. Una Corte fuera del ritmo moderno.
La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) fue creada en 1960 y su sede de operación fue fijada en Washington; donde permanece. La Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) fue creada varios años después, en 1979, cuya sede fue establecida hasta la fecha en San José, Costa Rica.
El diseño de muchos de esos organismos fue con el objetivo de los Estados Unidos y sus fuerzas aliadas mantener un control hegemónico y geopolítico de los países que quedaron destruidos por la Segunda Guerra Mundial.
La Guerra Fría, dejó su secuela y tenía una línea definida. La Corte y la Comisión en sus primeros años hicieron su trabajo. Indudablemente se hacía lo que ellos dijeran, trazaban la línea de juego. Los tiempos han cambiado. Los países de América Latina abrieron los ojos, y eso no lo han entendido las cabezas de esos organismos internacionales.
Tanto ha cambiado!!. China, el país que occidente aplastó y descuartizó en el siglo XIX se ha vuelto su rival geopolítico, a la vez su relevo en crecimiento y su financiador.
Ensambla los Smartphone de Apple, compra los bonos del Tesoro estadounidense y seduce a una Unión Europea anémica de la que podría erigirse en su sanador.
Estos son ejemplos vivos muy conocidos. Así va el mundo.
La Corte y la Comisión son órganos hechos para “reprimir” los países más débiles. A la fecha ya no hay países famélicos. La denominada integración de las naciones explica claramente ese fenómeno.
De acuerdo que la unificación del mundo, una obra hecha gracias a la era de la tecnología, los países seden, sin embargo, en materia de nacionalidad ninguna nación sede, sus decisiones son soberanas.
Si buscamos el artículo 20 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos del 22 de noviembre de 1969, de la cual República Dominicana es signataria. Establece que toda persona tiene derecho a una nacionalidad, la cual pudiera ser la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació, “si no tiene derecho a otra”, y que el derecho internacional establece y reconoce que el Estado no está obligado a otorgar su nacionalidad a los nacidos en su territorio, si estos tienen derecho a adquirir otra, según criterio recalcado históricamente en nuestra constitución.
Para buen entendedor. Cada párrafo de esta convención fue consensuado con los países miembros, entonces por qué la Corte quiere extralimitarse?. Esa entidad debe hablar claro y no andar con media tinta.
La República Dominicana no está siendo cuestionada por violación a los derechos humanos, sino, según los argumentos inferidos indican que el país arrebata la nacionalidad a cientos de haitianos. Más arriba se explica con claridad meridiana la posición de los órganos afines a la Corte.
Otorgar la nacionalidad es una decisión estrictamente política del Estado dominicano, y no de derechos humanos. El Estado dominicano no puede violar sus propias leyes dando la nacionalidad a quien no cumpla con los requisitos y exigencias que establece la constitución de la República y las convenciones.
La represión de la Corte ya no tiene razón de ser, eso funcionaba como cañón en el pecho en otros tiempos. Ya son otros tiempos. El país está en la obligación de buscar una alianza con otras naciones y formar un bloque que coloque en agenda la modificación de los reglamentos que rigen la Corte y Comisión de Derechos Humanos.
Los dominicanos no son los mismos que fueron sorprendidos por la Organización de Estado Americanos (OEA) cuando permitió que el país fuera invadido por los Estados Unidos en 1965. Hoy el cuco ya no son los marines, hoy el cuco viene disfrazado, pero ya los dominicanos cogimos la seña.
La actual administración de Gobierno ha comenzado de forma muy acertado un relanzamiento de la política exterior del país. Ojalá que el liderazgo de figuras políticas con mucho peso internacional como el ex presidente Leonel Fernández y otras figuras se sumen a este esfuerzo y tomen partido.
Creo que la influencia de los partidos políticos por medio de asociaciones que concentran grupos poderosos de instituciones partidaria, todos unidos en una sola dirección y con ayuda de otras naciones que también han sido agraviadas, se puede lograr impulsar un relanzamiento de la Corte y la Comisión Interamericano de los Derechos Humanos. Si esto no ocurriese, sus decisiones estarían produciendo enfrentamientos bélicos entre naciones vecinas, poniendo obviamente en peligro la paz de muchos países de la región. ¡¡¡Cuidado con eso!!!
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