Un escarceo innecesario
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- En las últimas semanas el Partido de la Liberación Dominicana ha navegado contra aguas turbulentas, con serias amenazas de fricciones internas que han puesto a reflexionar a sus principales líderes sobre lo que pudiera ocurrir en caso de desatarse los demonios.
La situación ha sido sorteada con cierto simulacro para presentar una normalidad simulada, cuando la sangre de las heridas abiertas corren a borbotones por debajo de la mesa. Es decir, no todo transcurre color de rosas como se quiere vender, ya que está en disputa el liderazgo.
Sin embargo, el PLD ha sabido manejarse en medio del bullicio, de los temores y las críticas internas y externas, despejando los caminos cada vez que la oscuridad obnubila el racionamiento lógico y estratégico.
La prudencia del presidente Danilo Medina y del expresidente Leonel Fernández ha jugado un rol estelar ante las pasiones desbordadas exhibidas por muchos de sus seguidores, algunos de los cuales han vaticinado una guerra sin cuartel, cuando el panorama político electoral obliga acciones en los partidos que contribuyan a viabilizar las obligaciones estipuladas en la Ley de Partidos en cuanto a la definición de las candidaturas para las alcaldías y las regidurías en febrero, posteriormente lo referente al Congreso Nacional y a la Presidencia de la República.
Por suerte, y gracias a presiones desde sectores internos del PLD y de organizaciones de la sociedad civil, se pudo frenar los aprestos ocultos y posteriormente develados que se pretendían encaminar para materializar una reforma de la Constitución y así el presidente Medina tuviera el redil disponible para buscar una segunda repostulación y completar una gestión de 12 años.
La prudencia, diría yo, se impuso ante intenciones que reveló Medina en su discurso el mes pasdo, ya que los ánimos y las inconformidades contra ese proyecto ante el Congreso Nacional no están en la misma dirección de un grupo dominante que simpatizaba, y también podría hacerlo ahora, con el continuismo en el Palacio Nacional a partir de 2020, en una primera fase de exploración, o alcanzar una habilitación política para los comicios de 2024, lo que sería un premio de consuelo.
Tras superado este impasse contra el proyecto reeleccionista y la reforma constitucional, entonces vino un nuevo escenario de enfrentamiento entre los bandos de Medina y de Fernández, en virtud de que se fraguaban acciones dirigidas a cerrar el paso a las aspiraciones del exmandatario, quien posteriormente fue aprobado como precandidato junto a Andrés Navarro, Gonzalo Castillo, Temístocles Montás, Radhamés Segura, Carlos Amarante Baret, Manuel Crespo, Maritza Hernández y Francisco Domínguez Brito para ser barajados en unas primarias abiertas el 6 de octubre.
Una nueva situación casi explosiva merodea el entorno del PLD. Y es la siguiente: ¿Por qué quitar la presidencia de la Cámara de Diputado a Demóstenes Martínez?
Este legislador oriundo de Santiago cuenta con la experiencia en el Congreso Nacional y el aval moral, político y profesional para asumir esa misión La prudencia exige que ese escarceo innecesario no sea un ingrediente que afecte al PLD.
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