DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Nuevamente la crudeza de la realidad de Haití ha quedado al descubierto con los daños arrojados por el terremoto de 5.9 grados que sacudió la parte norte del vecino país.
Los datos oficiales hasta el momento dan cuenta de 17 muertos y más de 333 heridos, además de la destrucción de infraestructuras.
En total 7,783 familias urgen por ayuda humanitaria en medio de las precariedades económicas que acumula a Haití desde hace años.
Nuevamente, al igual como ocurrió en enero de 2010, hay que mirar hacia Haití.
La mano de la solidaridad internacional debe ponerse de manifiesto para que los haitianos puedan superar esta desgracia que enluta a las familias que hoy lloran las víctimas, así como aquellas personas que resultaron lesionadas.
República Dominicana ha expresado su disposición a facilitar la asistencia que necesite el Gobierno de Haití, así le fue expresada por el presidente Danilo Medina a su homólogo Jovenel Moise.
También otros países deben contribuir a que los haitianos se recuperen de esta tragedia, ya que el temor rodea a las familias afectadas y también a los residentes de la ciudad costera de Port-de-Paix, Gros Morne y Saint-Louis du Nord.
Las autoridades haitianas batallan para reforzar sus inmuebles por las fallas sísmicas que existe en toda la isla que comparten Haití y República Dominicana.
Ahora hay que esperar que los haitianos vuelvan a recuperarse de los daños del terremoto del pasado sábado igual como lo hicieron en 2010, con el desastre que dejó más de 250 mil muertos y gran parte de las viviendas totalmente colapsadas.
El sismo del sábado de 5.9 grados y el posterior del domingo de 5.2 obligan a que la comunidad internacional miren hacia Haití, que debe dejarse solo ante este nuevo dolor.
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