Sacerdote Canó Sención deplora debilitamiento de los valores familiares por “agenda perniciosa”
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.-.
El sacerdote Ángel Canó Sención, diácono de Parroquia San José de Calasanz, en el Distrito Nacional, consideró que en el país prevalece un proceso de debilitamiento de los valores familiares promovido por agenda perniciosa, “tan insidiosa que llega a inmovilizar el accionar político-legislativo ante el costo social que implica asumir una línea coherente con los valores familiares que caracterizan nuestra sociedad”.
al pronunciar Quinta Palabra “Tengo sed”, dijo que en el país hay un sistema educativo deficiente, permeado y marcado por una serie de falencias que se erigen como barreras en la promoción y desarrollo de los niños y adolescentes.
“También está la búsqueda irreprimible de poder, la más dañina de todas, por cuanto comporta una encolerizada ambición que hace perder el sentido de lo esencial de lo que representa una verdadera vocación de servicio hacia la comunidad”.
El religioso atribuye a esa ambición de poder, el germen de la corrupción económica que permea en nuestro entorno social y político.
“Queda expuesta en una presencia cada vez más aguda de grupos, que los especialistas económicos llaman élites extractivas, una minoría política y económica, que, sin crear riquezas, se dedican a la articulación de métodos y técnicas para captar y extraer recursos públicos que deberían destinarse al desarrollo de políticas y programas sociales”.
De la mano con esta ávida ambición de poder aparecen las ansias por la fama, el afán de lucro, el protagonismo, el dinero, que diluyen la dignidad de la persona que se deja cautivar por estas. Nadie queda ajeno al riesgo de seguir estos falsos ídolos en su interior”, refirió el religioso.
Indicó que la población vive momentos de mucho dolor humano como consecuencia de ambiciones que conducen a grandes tensiones mundiales, reconfigurando una geopolítica en función de quienes, por un lado, se consideran las grandes potencias mundiales.
“Por otro lado, grupos radicales que impulsan división y odio entre pueblos y comunidades. Vemos la situación de nuestro hermano pueblo de Haití, sometido al desgarre social y político que generan las ambiciones incentivadas. Son tiempos que demandan una respuesta solidaria y valiente, que respete la libertad y soberanía de nuestros países, que procure explicitar auténticamente y con firmeza los reales propósitos y agendas globales, regionales y como país”, agregó.
El sacerdote precisó que la Doctrina Social de la Iglesia asume que el bien común reside en las condiciones de ejercicio de las libertades naturales indispensables para el desarrollo de la vocación humana, identificando como elementos de base: (i) Las condiciones sociales de paz, justicia y libertad; (ii) el conjunto de bienes materiales, educativos, religiosos; (iii) un sentido de equidad en el reparto de esos bienes; y (iv) una adecuada organización social. Nuestro país está hoy sediento de un sistema que responda a los principios sobre los que se sustenta la proclamación constitucional que nos reconoce como un Estado Social y Democrático de Derecho, que tiene como fundamento la dignidad de la persona, fuente desde donde irradian los demás derechos humanos.
“Esta sed se concretiza en la urgente necesidad de promover estructuras más justas y equitativas; de compromisos con el bien común, de promoción de los valores humanos, la defensa de la vida y la familia, en las que el accionar social y político esté sometido a valores éticos y morales que realzan un verdadero compromiso y vocación de servicio a los demás”, manifestó.
Canó Sención dijo que el pueblo dominicano tiene sed de un sistema educativo eficiente que promueva el desarrollo de la persona a través del conocimiento y la formación, de una clase profesoral responsable y comprometida en sembrar valores en el alma de nuestros niños, niñas y adolescentes.
“Tenemos sed de un sistema de salud y seguridad social inclusivo, que responda a las necesidades de todos sin discriminación, que no descuide ni margine a nuestros envejecientes, necesitados de atención en esa etapa sensible de la vida. Tenemos sed de una clase empresarial comprometida con los fundamentos del bien común y de buenas prácticas empresariales y de comercio, que no imponga condiciones de mercado que vulneren el bienestar común de las personas, que defina y ejecute una verdadera responsabilidad social que dé respuestas reales y concretas a la sociedad”, agregó
Sostuvo que la sociedad tiene una legítima sed de una clase política que se sienta cautivada más por los ideales de justicia que por el poder, que asuma procesos de transformación que apunten a la consolidación de una sociedad más justa y equitativa, además que impulse una economía orientada hacia la creación de incentivos de progreso y de oportunidades para la mayoría, y que abra las puertas al verdadero desarrollo de la persona.
Entiende que en el país hay sed de políticas medioambientales comprometidas con acciones concretas de protección de nuestro entorno en interés de prevenir, mitigar, corregir y compensar los impactos ambientales en nuestros limitados ecosistemas, promoviendo tecnologías más limpias y prácticas de una mejora constante de la gestión medioambiental.
“Tenemos sed, de hombres y mujeres solidarios, que ejerzan una ciudadanía responsable, comprometidos con una convivencia pacífica y solidaria, que miren a los demás como hermanos, hijos de un mismo Padre. Es el clamor de un Cristo sediento, colgado en la cruz, que espera una respuesta nuestra; que descubra y mire el grito de tantos a quienes les falta lo necesario para vivir dignamente; el grito de una sociedad que tiene grandes desafíos para seguir construyendo un verdadero espacio de convivencia social pacífica y de progreso. ¡Tengo sed! Es el clamor de un Dios que nos hace preguntarnos si somos capaces de entender y dar una respuesta a la sed de muchos”, afirmó.
“Es la súplica y necesidad de los más pobres, de los excluidos, de los pequeños inocentes a los que se les ha negado la luz de este mundo promoviendo leyes que atentan contra el derecho a la vida de los que se encuentran en estado de desarrollo silente y que hallan voz en aquella sed de Cristo en la Cruz”, sostuvo.
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