RD y Haití validan programa de sanidad agropecuaria
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Con asistencia técnica de la FAO y el OIRSA, los gobiernos de la República Dominicana y de Haití participaron en un taller de validación de la propuesta del Programa de Sanidad Agropecuaria que será ejecutado por ambos países para reducir el riesgo de introducción y diseminación de plagas y enfermedades transfronterizas que afecten la estabilidad y disponibilidad de alimentos.
El programa de sanidad agropecuaria propuesto contribuirá también a fortalecer las capacidades técnicas de los servicios de sanidad agropecuaria, con vistas a mejorar la prevención, manejo y control de plagas y enfermedades, así como la gestión de riesgos.
“El documento a ser validado por las autoridades de los ministerios de agricultura de Haití y República Dominicana ha sido el resultado de una serie de consultas realizadas por especialistas de la FAO y OIRSA en varias misiones realizadas entre el año 2016 y 2017, en las cuales se evaluó la situación actual de la sanidad, los servicios agropecuarios y la protección zoo-fitosanitaria de las dos naciones”, explicó Carmelo Gallardo, Representante de la FAO en el país.
El ministro de Agricultura, Ángel Estvez, agradeció el interés de las autoridades internacionales de mejorar la sanidad y los controles fitosanitarios de la República Dominicana y de Haití, sobre todo el esfuerzo de la creación de un protocolo que permita a cada nación tener control de las plagas y enfermedades endémicas y de las que puedan ser introducidas.
En ese sentido habló el representante del Ministerio de Agricultura de Haití, Max Millien, quien aseguró que desde el punto vista de la proteccion sanitaria, los dos paises deben tener una vision común de desarrollo “porque los virus no conoce ninguna barrera y la frontera dominico haitiana es muy porosa”.
Acompañamiento de organismos de cooperación
El programa de sanidad agropecuaria fomentará la transparencia, participación y el dialogo abierto entre ambos países, con información oportuna y precisa sobre los problemas zoosanitarios y fitosanitarios, con énfasis en las plagas y enfermedades transfronterizas y los riesgos de introducción ydiseminación. Asimismo, permitirá fortalecer la capacidad de agricultores y comunidades locales de las zonas fronterizas seleccionadasydelostécnicosdelasanidadagropecuariaenambospaíses.
Este programa, que contará con el acompañamiento de FAO, IICA y OIRSA, se ha concebido con la participación activa de los gobiernos de ambos países, en particular sus ministerios de agricultura; el sector empresarial privado y productores rurales, ONG, agencias y organismos regionales de cooperación.
Guido Gómez, Representante de OIRSA, valoró la importancia de proteger la isla de la entrada de nuevas plagas mediante el fortalecimiento y capacitación de los técnicos, la mejora de las infraestructuras cuarentenarias, la actualización del marco legal y el fortalecimiento del diálogo binacional para poder salvagualdar el inventario agropecuario de la Hispaniola y contribuir a asegurar la seguridad agroalimentaria.
Mientras que Frank Lam, Representante del IICA, resaltó el esfuerzo de los organismos internacionales para facilitar el diálogo y los acuerdos entre ambos países ante los retos que enfrentan en materia sanitaira, fitosanitaria y comercial. Lam valoró la prioridad que ha dado el Ministerio de Agricultura de República Dominicana en trabajar de manera conjunta con las autoridades de Haití para fomentar estas relaciones.
Por su lado, Hugo Rivera, Viceministro de Relaciones Exteriores, felicitó el compromiso asumido por los ministros de Agricultura de ambos países de mantener el dialogo permanente para contribuir a reducir el riesgo y la introducción de plagas y enfermedades que afectan la disponibilidad de alimentos en ambos países y manifestó el apoyo de la Cancillería dominicana al programa binacional de sanidad agropecuaria y cualquier otra iniciativa que pueda fortalecer el comercio y el bienestar de la frontera.
En el taller de sanidad agropecuaria participaron también el Representante de FAO en Haití, Nathanael Hishamunda; el Representante del IICA en Haití, Abimbola Abiola; así como oficiales del área de sanidad agropecuaria de la FAO para América Latina y el Caribe, así como funcionarios de los servicios sanitarios de los ministerios de agricultura de Haití y República Dominicana.
En el marco de la elaboración de este programa binacional, los servicios de sanidad agropecuaria de República Dominicana y Haití han priorizado temas técnicos en los cuales se requiere profundizar el conocimiento y en razón a ello, del 18 al 20 de julio se realizará el primer taller técnico con la participación de 15 técnicos de cada país.
Sanidad e inocuidad agroalimentaria en América Latina y el Caribe
Las cada vez más frecuentes crisis de la cadena alimentaria por epidemias y plagas transfronterizas de animales y plantas y problemas de inocuidad de los alimentos, constituyen otro factor central de amenaza a los medios de vida agrícolas. Actualmente las plagas, patógenos y malezas causan más del 40% de las pérdidas del suministro mundial de alimentos. Además, merman los ingresos de la población rural, como es el caso de la roya del café o del trigo que pueden llegar a generar pérdidas de hasta el 50% y el 80% de la cosecha, respectivamente.
El fortalecimiento de los servicios de sanidad agropecuaria e inocuidad de los alimentos de los países contribuye a la producción de alimentos sanos e inocuos y a la reducción de riesgos a la salud pública, por lo cual es un elemento estratégico para alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional.
Se estima que tres millones de personas en los países desarrollados y en desarrollo mueren cada año a consecuencia de enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua, y que muchos millones más caen enfermos.
La globalización de la producción agropecuaria, el cambio climático y el mayor intercambio comercial, son tan sólo algunas de las causas de la generación de riesgos asociados con las plagas y enfermedades en los cultivos y animales. Estos fenómenos generan costos de miles de millones de dólares anualmente para los gobiernos, productores y consumidores de la región, y constituyen una amenaza para la salud pública y un deterioro de la seguridad alimentaria, medios de vida y del comercio.
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