SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En este país de las mil maravillas ocurren cosas inexplicables. Una de ellas es la decisión de la Suprema Corte de Justicia de impedir que el Ministerio Público investigue al exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, por alegadas irregularidades de corrupción y lavado de activos.
Sencillamente, la Suprema ha blindado al actual secretario de finanzas del Partido de la Liberación Dominicana. Es decir, Díaz Rúa es intocable y goza de total impunidad.
Las sospechas y la legítima autoridades de la Fiscalía del Distrito Nacional para investigar a un ciudadano es excluyente para el cercano colaborador del expresidente Leonel Fernández.
Sencillamente, el Ministerio Público ha querido que Díaz Rúa justifique la procedencia de sus bienes y si ciertamente ha incurrido en hechos irregulares durante su gestión en el Ministerio de Obras Públicas.
Nada tiene de malo ni pecaminoso que las autoridades competentes requieran de las explicaciones de los ciudadanos cuando existan sospechas o un ascenso económico y social fuera de lo normal
Así no se fortalece el sistema judicial. Al contrario, se acrecienta su falta de credibilidad y demuestra que ciertamente en la Suprema Corte de Justicia hay instancias que respondan a directrices políticas, quizás, o quizás no, como pago por los cargos que se ostentan en el principal poder del ordenamiento jurídico del país.
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