DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Haití vuelve a sufrir otra calamidad de la naturaleza. Este hermano país fue sacudido este sábado por un fuerte terremoto de 7.2 grados, que ha dejado más de 227 fallecidos y otra cantidad considerable de heridos y daños en sus infraestructuras.
La situación agrava de por sí la problemática que viven los haitianos, más de un mes después de padecer el asesinato de su presidente Jovenel Moïse y el agravamiento de sus perspectivas políticas, económicas y sociales.
Nuevamente la comunidad internacional debe preocuparse por lo que acontece en Haití.
Las lejanas contemplaciones y lamentaciones de las grandes potencias deben dejarse atrás y concretarse en hechos tangibles.
Haití urgente por la cooperación inmediata para recuperarse de los daños causados por este terremoto de 7.2 grados registrado en el noroeste de Saint-Louis du Sud, ubicada en el sur de este país, zona donde se reportan 158 víctimas de las 227 cifras oficiales.
Este terremoto de 7.2 grados sacude esta nación caribeña cuando aún los haitianos no olvidan los estragos del fenómeno de enero de 2010, con más de 300 mil muertos y 300 mil heridos.
Haití, desde hace muchos años, necesita la mirada y la intervención de la comunidad internacional para superar los problemas ancestrales, no solo en el campo político.
La convocatoria de nuevas elecciones para el 7 de noviembre solo viene a subsanar heridas acumuladas para la configuración del Estado.
Este terremoto viene a desnudar la pobreza y la indefinición de los haitianos.
Hay que mirar hacia Haití, ahora y antes de que sea más tarde.
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