ONUSIDA: América Latina y el Caribe pueden acabar con la tuberculosis
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Ante el Día Mundial de la Tuberculosis, la ONU llama a los Gobiernos, el sector salud, la sociedad civil y los pacientes a tomar acciones necesarias para poner fin a la enfermedad que mata a más de 20.000 personas al año en la región.
Los avances para reducir los casos de tuberculosis en las Américas han sido significativos, pero se requieren líderes en todos los sectores para poner fin a esta enfermedad en 2030, dice la Organización Panamericana de la Salud.
La campaña de este año en el Día Mundial de la Tuberculosis se centra en la construcción de un compromiso para terminar el padecimiento; no solo a nivel político con los jefes de Estado sino también con los alcaldes, gobernadores, parlamentarios y líderes comunitarios hasta las personas afectadas con tuberculosis.
Se estima que en 2016 hubo unas 23,226 muertes por esta enfermedad y se registraron 222.750 casos. Se calcula que unas 50.000 personas al año no son diagnosticadas y no reciben tratamiento a tiempo, contagiando a otros y perpetuando la enfermedad.
50.000 personas al año no son diagnosticadas y no reciben tratamiento a tiempo, contagiando a otros y perpetuando la enfermedad.
Los grupos de población que suelen estar en mayor riesgo en las Américas son las personas con VIH, aquellos que viven en la calle, los habitantes de barrios marginales de las ciudades, los privados de la libertad, las personas con problemas de adicción y las poblaciones que generalmente tienen acceso limitado a la atención de salud. El 80 % de los población afectados vive en centros urbanos y el crecimiento acelerado de las ciudades puede llevar a que la enfermedad se transmita más fácilmente.
Según datos de 2016, se calcula que más de 30.000 mil personas con VIH desarrollaron tuberculosis en la región. El director de ONUSIDA ha explicado que el “mundo tiene los recursos para acabar con las epidemias de tuberculosis y VIH, pero falta el compromiso político y la acción de los países”.
50.000 personas al año no son diagnosticadas y no reciben tratamiento a tiempo, contagiando a otros y perpetuando la enfermedad.
ONUSIDA pide que se dé acceso a los servicios a las personas más marginales y que se garantice que los centros de salud locales pueden diagnosticar y tratar la enfermedad.
Pese a que la tuberculosis es una enfermedad prevenible y curable, en las Américas, desde el 2000, la tasa de incidencia (casos nuevos) de tuberculosis ha disminuido en un 1,7 % por año, en gran medida por las medidas adoptadas por los países de la región. Sin embargo, esa tasa debería reducirse un 5,3% anual para llegar a la meta de terminar con la epidemia de tuberculosis en 2030. En la actualidad, se estima que hay 27 casos nuevos de tuberculosis en las Américas por cada 100.000 habitantes.
Además, la resistencia a los medicamentos antituberculosos corrientes que llevan décadas utilizándose es un desafío que ha surgido en los últimos años. En 2016, se estimaron en las Américas 8.100 casos de tuberculosis multidrogorresistente tan sólo el 46% fueron diagnosticados.
“Se puede terminar con la tuberculosis en la región de las Américas. Debemos abordar los factores que llevan a esta enfermedad: desde las condiciones de vida a las dificultades de acceso a los servicios de salud”, afirmó Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS. “Necesitamos líderes en cada uno de los sectores de la sociedad que se comprometan e implementen acciones para alcanzar esta meta”, concluyó.
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