No se trata de sexo
SANTO DOMINGO (AUTORA: Talyam Vásquez, abogada y politóloga).- Cuando escribí mi primer artículo para paginaextra, varios amigos con cara de preocupación se me acercaron y seriamente me dijeron: “no sabíamos que te habías inclinado hacia los extremos”. El comentario me sorprendió bastante y con algo de preocupación, les pregunté a que se referían. “Sí, eso mismo que estás escuchando, que te inclinaste a los extremos y ahora eres feminista”.
Cinco minutos en silencio y uno más de las carcajadas que me provocaron los comentarios y, entonces, atiné a responder, femenina, mas no feminista. No obstante, en mi interior sabía que era lógico que fuera catalogada como feminista, pero es que a mi alrededor sigo viendo, como a pesar de haber transcurrido tantos años y haber rotos tantos esquemas, seguimos en las mismas.
La forma en que nos quieren denotar es insultante, y el rol que nos pretenden obligar a desempeñar es tan retrógrado, que no puedo dar de lado una obligada conversación. No soy rebelde, lo sé, solo quiero la equidad acorde a los tiempos. Si en un matrimonio ambos salen a buscar el pan, ¿por qué solamente la mujer está obligada al cuidado de los niños, a la limpieza del hogar? Si en una empresa trabajan ambos ¿por qué a la mujer se le quiere encasillar en el trabajo secretarial?, ¿por qué hay tan pocos recepcionistas masculinos o ninguno?, ¿por qué si en una reunión hay hombres y mujeres, deben ser ellas quienes tomen las notas?, ¿por qué la matrícula de mujeres en los poderes del Estado es tan escasa?
Por qué ahora que se habla tanto de pactos por la educación, salud, trabajo, seguridad y electricidad no hacemos un pacto por la igualdad y el respeto a los derechos de cada uno, para de una vez por todas terminar con esta guerra de los sexos.
Gente, no se trata de sexo. Se trata de República Dominicana, un país compuesto por hombres y mujeres, donde conviene sumar capacidades y colocar a cada quien en la posición que le corresponde; por favor, olvídense de que no hay nada más lindo que una secretaria con minifalda, escote pronunciado tomando notas en una reunión de “caballeros”, donde lo que menos se busca son soluciones.
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