¿Me dejan pasar delante o hago la fila?/Autor: Talyam Vásquez
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Esta semana me tocó hacer el periplo en los bancos de la capital para realizar una transacción. Una fila larguísima, propia de los días veinticinco. En este trajín, casi llegando a mi turno, me tocó ver una serie de situaciones enojosas. La joven que estaba delante de mí colocó a su hermana, para que le fuera guardando el turno, mientras ella iba y hacía una pregunta a las poco simpáticas oficiales de negocios.
Un joven que estaba detrás de mí, comiendo helado, fue obligado a salir o a botar el helado. Ante tal disyuntiva, el joven negoció con el guardia, quien lo conminó a salir a terminar de comerse el helado, por lo que me pidió que le guardara el turno.
Una embarazada se colocó delante, y ante la pregunta necia de otra clienta, se exasperó a tal punto, que quería pasarle por encima, a los que ya estaban siendo atendidos.
Cuando por fin me toca ser atendida, una joven con una niña en brazos, de alrededor de cuatro años, vocifera al cajero desde el último sitio de la fila, ¿qué hago? ¿Paso alante o hago la fila? Ante la mirada atónita de todos, el cajero le respondió, tranquilamente, siéntate tranquila en ese sillón y haz la fila desde ahí. Esta respuesta produjo un murmullo de comentarios y risas, en rechazo a la acción de la joven, al tiempo que alguien respondió, entiéndanla, que es dominicana.
No me sorprendió escuchar la forma en la que nos percibimos nosotros mismos, pero, aun me pregunto, cuándo es que vamos a romper con la cultura del tigueraje.
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