DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Poco a poco los dominicanos exhiben un comportamiento ejemplar, principalmente en cuanto al asunto de la solidaridad.
Esto fue puesto en evidencia con el paso del huracán Irma, con una fiera destrozada y con vientos por encima de los 295 kilómetros por hora.
Los dominicanos mostraron madurez y un comportamiento que ha sido halagado por el Gobierno, a través del ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta.
Y lo mejor que ha ocurrido es que hasta el momento no se han reportado pérdida de vidas humanas, solo daños materiales que se pueden reparar dentro de las posibilidades económicas del país.
Los ciudadanos acataron las previsiones trazadas por el Centro de Operaciones de Emergencias para garantizar la integridad física de los posibles afectados por el huracán.
Fueron desalojados de sus hogares aquellas personas que revestían cierto nivel de peligro. Pese a la resistencia de algunos, el trabajo fue efectivo de parte de la Defensa Civil.
La preocupación mostrada por el presidente Danilo Medina en dos reuniones que mantuvo con representantes de los organismos de socorro fue otro de los elementos que ayudó a persuadir a la población de la gravedad de que Irma tocara o se acerca más de lo prudente al territorio dominicano.
Por suerte solo hubo lluvias prolongadas e inundaciones, además de las destrucciones de viviendas en el municipio de Nagua, en la provincia María Trinidad Sánchez, y la provincia Puerto Plata.
Lo material se recupera, no así las víctimas que pudo haber dejado el huracán por la imprudencia o la inmadurez, dos elementos que gracia a Dios no fueron cometidos por los ciudadanos.
Ahora queda que el país siga la marcha y rehabilitar todos los bienes materiales destruidos.
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