La Semana Santa
SANTO DOMINGO.- (AUTOR: Félix Núñez).- Con el Domingo de Ramos, con diversas actividades y manifestaciones, queda abierta la Semana Santa, época en que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesús y en la que se anhela paz y tranquilidad, seamos cristianos o no.
La Semana Mayor llega y encuentra un ambiente político caldeado, con inconformidad de la gente por la inseguridad ciudadana que nos azota y, como si fuera poco, ahora se suman las quejas de quienes no creen en la justicia.
Nos sumamos a los que ruegan para que, como balde de agua fría, este periodo señalado, sirva para bajar el nivel de las pasiones y crear conciencia entre los que se dejan arrastrar por el alcohol, la violencia y la delincuencia.
Es época en que los políticos deben llamar a sus seguidores a realizar un alto en sus ajetreadas agendas proselitistas y permitan a los dominicanos disfrutar en paz y sano esparcimiento junto a la familia.
Nuestra sociedad tiene que hacer un alto en el tenebroso camino que recorremos y las autoridades deben contribuir a ese propósito aplicando con firmeza las medidas necesarias para ello.
No se debe seguir permitiendo que una semana que se debe dedicar al descanso, la paz y la reflexión, se convierta en una parranda interminable, donde los imprudentes imponen su ley, mientras que al final contamos los muertos como si fueran números de lotería.
Lo ideal es que todos los organismos del Estado, involucrados en los operativos de prevención, coordinen esfuerzos para que esta Semana Mayor rompa con la tradición de batir récords, en muertes por intoxicación alcohólicas, ahogamiento, riñas y accidentes de transito.
Hay que recordar que este debe ser un periodo para penitencia, oraciones y reflexión, y no para dar riendas sueltas al desenfreno y a la impudencia.
Los comentarios están cerrados.