DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Consternación y dolor se vive en el país desde que este viernes fue conocido el fallecimiento del expresidente del Senado y exsecretario general del Partido de la Liberación Dominicana, Reinaldo Pared Pérez.
Un hombre vertical e íntegro en sus posiciones políticas y públicas. Un defensor a carta cabal de la democracia y de los derechos humanos.
Pared Pérez nunca tuvo enemigos en el ejercicio de su actividad política, sencillamente tuvo rivales en su ideología. Fue decente y respetuoso ante los criterios de los demás.
Pesar ha causado su partida ocurrida la madrugada de este viernes en su residencia de Juan Dolio, en la provincia de San Pedro de Macorís. La Policía Nacional ha abierto una investigación por las circunstancias que rodearon su deceso: se presume un suicidio. Sin embargo, hay que esperar por los resultados de las investigaciones.
La verdad es que Pared Pérez fue un hombre exitoso en su vida pública y privada. Como abogado y como político, no tiene una mancha que pueda deshonrar su trayectoria.
Como ser humano, sin embargo, pudo cometer deslices, pero en el ejercicio público no puede ser acusado de ninguna malversación que signifique una mancha en su trayectoria.
Su frase de que “Pasé por el lodo y no me ensucié”, como explotó el caso de sobornos de la constructora Odebrecht en el año 2017, lo describe tal como vivió de cara al caro y con total transparencia.
Pared Pérez ha dejado un legado para honra de sus familiares y amigos. Paz a su alma.
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