DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Muy pronto la Junta Central Electoral deberá ser reestructurada al cumplir el periodo constitucional de los actuales miembros.
Este organismo fue objeto de diferentes cuestionamientos por parte de sectores políticos y de la sociedad civil, hasta el grado de ponerse en dudas la diafanidad de las elecciones municipales, presidenciales y congresionales celebradas en este febrero y julio de este año. Afortunadamente, el país pudo salir airoso y hay nuevas autoridades instaladas.
Sin embargo, la actual configuración de la Junta Central Electoral debe ser reemplazada y nuevos funcionarios deben asumir a partir de que el Senado de la República evalúe desde octubre venidero las diversas propuestas de aspirantes a ocupar las vacantes.
Necesariamente habrá de producirse un acuerdo político al más alto nivel, con mayor responsabilidad de parte del Gobierno y del Partido Revolucionario Moderno por tener la mayor cuota de representatividad en las instancias del poder, pero hay que evitar cometer los errores del pasado que condujeron a hechos lamentables en torno a la Junta Central Electoral.
Quienes sean escogidos por el Senado para la nueva JCE debe y tienen que estar revestidos de total independencia político-partidaria y gozar de una alta credibilidad ante la sociedad, por lo que el liderazgo nacional está obligado a propiciar el necesario consenso entre los sectores del país para que personas idóneas puedan ser designadas en ese organismo.
Los acuerdos o negociaciones de aposentos deben ser dejados en el pasado por nefastos resultados en perjuicio de la propia institucionalidad de la Junta. Hay que auspiciar la transparencia en cuanto a la responsabilidad de los poderes fácticos para que el país pueda contar, a partir de octubre cuando se inicie el proceso en el Senado, de una Junta revestida de alto nivel de responsabilidad ante el país, porque sus nuevos miembros cuentan con el apoyo de legitimidad de los diferentes sectores.
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