DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El Ministerio de Salud Pública, a través su Departamento de Salud Mental, llamó a la población romper el silencio y apoyar a las personas que pudieran estar pasando por situación de depresión y otras circunstancias a nivel emocional, precisamente el 10 de septiembre se celebra el ¨Día Mundial para la Prevención del Suicidio¨ fecha en la que países se unen y trabajan de manera sistemática distintas actividades durante el mes, fomentando el compromiso y medidas prácticas para prevenir estas muertes.
El director de Salud Mental del ministerio de Salud, doctor Alejandro Uribe instó a la sociedad dominicana a visualizar el impacto negativo y las secuelas del suicidio tanto para el paciente como para sus familiares, situación que obedece a múltiples factores que han aumentado en medio de la pandemia.
Resaltó que la depresión ocupa un alto porcentaje en los indicadores de muertes, registrando hasta un 41 por ciento de los casos entre los meses de enero y junio del año 2019.
´´Las estadísticas establecen que las causas más comunes de suicidio son: asuntos pasionales con 16 porciento, dificultades de salud un 7 por ciento, problemas económicos un 6 por ciento, salud mental un 5 por ciento y un22 por ciento se registró como causas desconocidas´´ destacó Uribe.
El profesional de la conducta, reveló que durante el 2019 en la República Dominicana la cifra de suicidios se registra unos 349 casos entre los meses de enero y agosto, mientras que, para el mismo período en el presente año 2020 estos eventos han registrado un aumento de 17 nuevos casos.
Los esquemas muestran además, que los casos de suicidio en un 84.2 por ciento corresponden a hombres, un 15.8 por ciento a mujeres y en lo que va de año se han presentado diez casos en menores en 14 años equivalente a un 2.7 por ciento, según el especialista esta situación pudiera deberse a los efectos de ansiedad y trastornos mentales o psicóticos.
El doctor Uribe mencionó como signos de alarma o de conductas suicida a factores como: cambios de comportamientos o altibajos emocionales, sueño constante o insomnio, ansiedad, depresión, conductas autodestructivas, cambios en la alimentación, entre otros; considerando que estos comportamientos también afecta de manera considerable en la salud del menor.
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