SANTO DOMINGO.- (AUTORA: Talyam Vásquez, abogada y politóloga).- Durante la semana pasada permanecí en silencio, sin escribir, para esperar la decisión de la reunión del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana que se celebró el domingo 19 de abril, para emitir mi opinión al día siguiente. Aunque tenía idea de la decisión a tomar, antes de que culminara la reunión.
La temperatura se elevaba, mientras las redes sociales trabajando a toda máquina, contribuían a exacerbar los ánimos. Todos querían opinar, todos se sabían estrategas políticos, y aunque muchos expresaron su opinión sin objetividad, algunos percibieron la reunión como un reto, para la parte que saliera con pérdida en el proceso.
En tanto esto, yo callaba. Mi silencio obedecía a que por mucho tiempo manifesté que no había manera de que el presidente Danilo Medina se abocara a una reforma constitucional para provocar una reelección consecutiva.
Sé que hay muchos que me dirán que no estaba errada en mi pensar, pues el Presidente en ningún momento ha manifestado que le interesa un segundo período; es más, él ni si quiera votó a favor de la decisión de modificación constitucional, lo hicieron los demás, ni siquiera se ha referido sobre el tema.
Sin embargo, aun hay cosas que no entiendo. Podría ser que al presidente Medina no le interese otro período electoral de inmediato, pero su silencio nos deja pensando a todos en qué pasará con ese partido que tiene un gran peso; comenzando, por ser el partido más grande del sistema, el partido de Gobierno y que en los últimos años ha sido que ha gobernado los destinos de los dominicanos.
Esta situación, aunque muchos lo ven como crisis, debería ser vista como el momento para fortalecer al sistema de partidos políticos dominicano. La oposición tiene un gran poder en esta coyuntura y si la sabe aprovechar bien, incluso podría presentar nuevas opciones al poder.
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