DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- A diferencia de otra coyuntura política, el actual escenario para la escogencia de los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral concita una atención particular: se viene de unas recientes elecciones que facilitaron la instalación de un nuevo Gobierno y en medio de una presión social para que impere el consenso.
El Senado ha iniciado los debates y la recepción de las documentaciones sobre los aspirantes a integrar la Junta Central, pero el expresidente Leonel Fernández ha incurrido en la indiscreción de que aparentemente el liderazgo político tendría identificados a los posibles favoritos para conformar este organismo, lo que en cierto modo empaña la legalidad del Congreso para cumplir con su mandato consagrado en la Constitución.
La realidad es que la sociedad opera desde su trinchera a una sola voz paa que se evite la politización entre los escogidos para tener la responsabilidad de integrar a la Junta Central Electoral.
A favor de una alegada independencia de los miembros se han pronunciado el presidente Luis Abinader y el expresidente Leonel Fernández, posición que también viene de las organizaciones de la sociedad civil.
Sin embargo, el Partido de la Liberación Dominicana aboga por un consenso que no excluya a los partidos en la discusión, una práctica que venía desde la crisis política de 1994 cuando el país estuvo expuesto a una inestabilidad institucional por el fraude electoral que acortó a solo 18 meses el Gobierno del presidente Joaquín Balaguer, lo que facilitó el escenario para que Leonel Fernández tuviera la oportunidad de ganar en los comicios de 1996.
Ahora se vuelve a la discusión de la Junta Central, por lo que sería factible que los partidos y la sociedad civil valoren la justa coyuntura y se integre un organismo que concite la mayor credibilidad y confianza que contribuye al fortalecimiento del orden institucional y de la democracia, a lo que están comprometidos principalmente el presidente Abinader y el expresidente Fernández por tener la mayor representación en el Senado y una alta cuota en el Congreso Nacional.
En este compromiso no puede ningún error por intereses políticos o por favoritismo partidario.
La integración de la Junta Central no puede representar la repartición de un pastel.
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