Indignación colectiva
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El presidente Luis Abinader ha sido claro en su advertencia contra la impunidad y los abusos de parte de las autoridades.
En su reacción, el Jefe del Estado ha perdido perdón en nombre del Estado por el asesinato de los pastores evangélicos Joel Díaz y Elizabeth Muñoz, ocurrido la noche del martes en Villa Altagracia cuando regresaban de un culto religioso.
No hay palabras para descifrar ni darle consuelo a los familiares de estos jóvenes esposos.
La consternación se ha extendido por todo el país, ya que los agentes policiales envueltos en el confuso incidente no tuvieron la mejor prudencia al disparar contra el vehículo en el que se desplazaban los esposos muertos y otros dos acompañantes que resultaron con heridas.
Y como bien dice la madre de Elizabeth Muñoz, Emérita Marte, estos evangélicos no eran delincuentes para que fueran acribillados con la brutalidad cometida por los policías.
Ahora corresponde al sistema judicial actuar de acuerdo a la gravedad de este delito y se espera que aplique la pena máxima contra los agentes policiales.
Además, este hecho obliga que las autoridades apresuren la demandada reforma en la Policía.
Se necesita una institución del orden que priorice la seguridad de la ciudadanía y que haya mayor responsabilidad en cuanto a la preservación de la integridad física de la población.
No es posible que la Policía sea vista a espaldas de la ciudadanía.
Lo importante es que el propio presidente Abinader está consciente sobre la necesidad urgente de materializar la reforma policial.
Esta indignación que rodea a la población por el asesinato de los esposos Joel Díaz y Elizabeth Muñoz debe ser aprovechada para despertar la conciencia en toda la sociedad sobre la necesidad de asumir la responsabilidad en el cumplimiento de las leyes y que no se agrave la impunidad del pasado, sino que el brazo de la Justicia abarque a los violadores de las normas jurídicas.
Los policías culpables de la muerte de los pastores evangélicos, casados en febrero pasado, deben recibir la sanción agravada que establece la ley, sin que prevalezca la práctica del pasado de apañar su indecorosa actuación.
El presidente Abinader ha trazado la dirección sobre lo que debe ocurrir contra los agentes policiales, mientras hay que extender las condolencias a los padres, hermanos y amigos de los evangélicos acribillados.
Paz a su alma.
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