SANTIAGO, República Dominicana.- La Iglesia Católica consideró que ha llegado la hora del cese de la complicidad y los titubeos frente al crimen de la corrupción para que se descubra todo el andamiaje que permita esas acciones vergonzosas, tras lamentar que el arquitecto David Rodríguez tuviera que suicidarse para develarse una red corrupta en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe).
“Llegó el momento de aplicar la ley a los que se han burlado de la generosidad de un pueblo que ha confiado en las autoridades para que rijan los destinos de una nación que merece vivir días mejores”, indicó en el editorial del periódico Camino titulado “Por la corrupción”.
Advierte en el contenido que la corrupción sin castigo fomenta el desorden y abre las puertas a la violencia. “Que ningún dominicano tenga que morir para que descubra lo mal hecho”, precisó la Iglesia Católica, al comentar la muerte del arquitecto Rodríguez en uno de los daños de la Oisoe el pasado 25 de septiembre por un supuesto soborno de empleados y exmpleados para el pago de una cubicación de una escuela en Peralvillo, Monte Plata.
“La muerte de este joven profesional que deja tres hijos en la orfandad, una esposa desamparada y una madre y padre con el corazón roto, exige una profunda investigación que corte de raíz el árbol podrido del engaño y la traición, que ha hecho del dolo frente a los bienes púbicos una cultura perversa y que tanto daño está haciendo a nuestro país”, agregaron los religiosos.
A continuación el texto íntegro del editorial del periódico católico Camino:
“Por la corrupción
El suicidio del arquitecto David Rodríguez García, ocurrida el 25 de septiembre en un espacio de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), ha puesto al descubierto una red corrupta en esta dependencia estatal.
La muerte de este joven profesional que deja tres hijos en la orfandad, una esposa desamparada y una madre y padre con el corazón roto, exige una profunda investigación que corte de raíz el árbol podrido del engaño y la traición, que ha hecho del dolo frente a los bienes púbicos una cultura perversa y que tanto daño está haciendo a nuestro país.
Cómo es posible que no haya mecanismos de control y vigilancia y así tener transparencia en la administración pública, evitando los desfalcos que a través de los años han cometido funcionarios, empobreciendo a tantas familias, porque estos sustraen los recursos que deben utilizarse en políticas sociales en bien de nuestra gente.
Frente a estos hechos como este ocurrido en la Oisoe, resuenan en nuestra conciencia las palabras del papa Francisco en Paraguay y cuando afirmaba: “Los corruptos son traidores. Les espera la maldición de Dios, porque han explotado a los inocentes, a los que no pueden defenderse a sí mismos, y lo han hecho con guantes blancos, de lejos, sin ensuciarse las manos”.
Llegó el momento de aplicar la ley a los que se han burlado de la generosidad de un pueblo que ha confiado en las autoridades para que rijan los destinos de una nación que merece vivir días mejores.
Es la hora de que nos veamos complicidad ni titubeos frente al crimen de la corrupción, que se descubra todo el andamiaje que permite estas acciones vergonzosas.
Recordemos que la corrupción sin castigo fomenta el desorden y abre las puertas a la violencia. Que ningún dominicano tenga que morir para que se descubra lo mal hecho”.
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