(AUTORA: Talyam Vásquez, abogada y politóloga).-. Cuando se desarrollaba la campaña electoral de 2012, una popular emisora del país adoptó una frase que tuvo muchísima pegada. El candidato iba, lo entrevistaban y al final a coro vociferaban con un contagioso ritmo, “huele a Presidente”, incentivando a los seguidores del candidato a cantar y hasta dar una bailadita si se sentían a tono.
Hay quienes, en estos momentos, han puesto su olfato en las calles y confiesan olores reeleccionistas en todas partes. Lo relacionan por la actitud que ha adoptado el Presidente, el cual abandonó su enérgico ¡no, basta por favor!, cuando le piden 4 años más de Gobierno, adoptando una postura reflexiva en la que considera normal los movimientos reeleccionistas y al parecer no le desagrada que funcionarios de su gestión y sectores internos y externos al PLD aúpen su continuismo.
Sin embargo, desde mi óptica, si bien estos factores son importantes para pensar que el Presidente Danilo Medina considera una reelección, no debemos olvidar que la alta valoración que mantiene Medina a 2 años de su Gobierno, descansa en la percepción que tiene el electorado sobre su obra de Gobierno y la forma en que se ha manejado. Veamos: un programa de Gobierno hasta cierto punto de fácil entendimiento, visitas sorpresa, inversión en educación, pequeñas infraestructuras, sistema de emergencia 911, sorteo de obras y transparencia, todo esto como ejes transversales a su principal objetivo.
El Presidente se ha referido al cumplimiento del deber y de las leyes, por ello me resulta poco creíble que actúe contrario a lo que prometió cuando respondió que su interés sería ejercer el periodo presidencial por el tiempo que fue elegido pues la Constitución dominicana no contempla la reelección presidencial consecutiva. Además, tampoco me resulta creíble, que se avoque a una modificación constitucional, desde las implicaciones de la realización de la misma, pues, es sabido que no contaría con los votos suficientes para promover esa moción. No lo apoyarían los miembros de otros partidos políticos y menos, los adeptos del expresidente Fernández.
Analizado esto me pregunto ¿Qué cambios vieron los funcionarios y seguidores del presidente Medina, para que ahora contemplen la posibilidad de una reelección?
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