Gedeón, antes y después: ante el anuncio dramático
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Gedeón Santos, presidente del Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (Indote), lo reveló: padece de un cáncer. El anuncio hecho por el funcionario la semana que concluye, marcó un hito en la sociedad dominicana, tan acostumbrada a los silencios forzados, a las pausas premeditadas, a las situaciones escabrosas que se esconden, unas por miedo, otras por vergüenza o por conveniencia.
Que recuerde, nadie había hecho una revelación de esa naturaleza, propia de políticos pertenecientes a sociedades europeas y estadounidenses, donde se tiene una clara conciencia de que el funcionario público debe rendir en grado de verdad y transparencia no sólo en lo que respecta a lo profesional o estatal, sino hasta en lo íntimo, ya que sea su raíz es pública y se debe al ciudadano.
Hay que partir que vive un drama. Y lo vive de manera unilateral, pero lo hace con dignidad. Desde hace meses Gedeón enfrenta la terrible enfermedad, y lo hace como un caballero: sin recular, con entereza. La gallardía típica del inglés, ese no quejarse que tanto, a nivel espiritual, lo encumbra, lo caracteriza. Por eso no ha abandonado sus funciones, pero tampoco, y lo más importante, su modo de accionar en política: clara, de frente, honorable.
A parte del drama humano que vive, Gedeón en silencio vivió un drama político. Pocos lo supieron, pero la pestilencia advirtió a sus amigos. Tuvo y ha tenido que soportar cómo por ambición política desmedida de sus enemigos medraron para que el Presidente lo destituyera o apartara del puesto en el que sabemos ha trabajado sin descanso desde que fue nombrado.
Varios “denuncias” se sucedieron, relacionadas al cargo que Gedeón ostenta. Primero, una denuncia con relación a los teléfonos macos, luego otra de Adora con relación a las emisoras ilegales, y finalmente para poner la tapa al barril lleno de estiércol, una denuncia con relación al gobierno electrónico. Todas fueron parte de un plan, se hilvanaron para hacer daño, se tejieron con el ropaje de la falsedad, para hacer un vestido cuyo encaje se veía a la lengua, que estaba bordado con de mentiras.
A la OPTIC corresponde el desarrollo del gobierno electrónico y Armando García más que nadie los sabe, el problema de las interferencias en la radio lo heredó Gedeón y busca la forma de combatirlo, y con relación al problema de los teléfonos macos, en la actual gestión se logró un histórico acuerdo para sacar millones de la calle, y con ello ayudar a combatir los actos delincuenciales.
Pero el deseo de poder anima al ambicioso, y en una fauna oscura, como la nuestra, medra, actúa, acciona de manera inmisericorde, patrañosa, canallesca. Ni la enfermedad de un funcionario de la estirpe Gedeón, ni el momento trascendente que en lo particular vive éste, ni que haya sido el que haya la voz cantante en un tema que les beneficia a sus enemigos, como la reelección, los ha paralizado.
La bondad no se planifica. Y sí las estocadas. Lo que es de lamentar es que no se haya respetado el momento que vive Gedeón, y sobre todo que sus enemigos no hayan sometido el olfato del momento político su partido y su Presidente, para hacer denuncias que como un bumerán funcionarían. La ambición es en ocasiones vecina de la estolidez.
A los magnates de las inhumanidades y las puñaladas traperas, se ha de avisar que el anuncio de Gedeón ha concitado el revuelo más positivo y solidario. Los comentarios en los medios y en las redes sociales, han sido bálsamo para Gedeón, no han dejado que el ungüento de la infamia de sus compañeros políticos llegue a su epidermis.
Viendo la situación de Gedeón y el entorno político que elucubra siniestramente, uno termina reconociendo cómo la ambición deprava, cómo hace perder a las almas la verdadera perspectiva. Lo importante es que Gedeón se ha mantenido tranquilo sin que la pequeñez de esos actos lo absorba. Ahora necesita solidaridad, y tras el anuncio, a granel y de manera espontánea, le ha llegado.
Pero Gedeón ya lo sabe: es más fácil enfrentarse de cara la enfermedad más terrible, que a los políticos que no conocen de humanidades ni de enterezas, y que el político dominicano juega con duro, que en su artillería y en ristre lleva el arma de la bajeza, y que nunca la deja, aunque el contrario esté en el suelo.
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