DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El destituido canciller Claude Joseph, se había convertido en una piedra en el diálogo entre República Dominicana y Haití.
Es bien sabido que el primer ministro Ariel Henry ha mostrado una postura de entendimiento entre las dos naciones y no podía permitir que un subalterno altere su agenda de trabajo con las autoridades dominicanas.
Lo que menos se necesita ahora es un ambiente de confrontación cuando Haití está azotado por un escenario de total amenaza con su inseguridad interna causada por bandas criminales y armadas.
Joseph no era el mejor interlocutor al frente de la diplomacia haitiana. Y así lo ha entendido el primer ministro Henry al destituirlo.
Además, el cancelado funcionario ha actuado con imprudencia al no asimilar la señal de diálogo que fue transmitida con el envío del emisario especial Daniel Supplice ante las autoridades y la alta representación política, social y económica de República Dominicana.
Es notorio que Joseph actuaba impulsado por una agenda propia y muy alejado de los intereses de cordialidad que busca Henry para bajar las tensiones entre los pueblos que comparten la isla.
El destituido canciller atizada una confrontación innecesaria con los dominicanos.
Insistir en la construcción de un canal de riego para el desvío del río Masacre no era ni es actualmente tema de agenda ante la difícil situación que viven los haitianos y por cuya razón el Gobierno del presidente Luis Abinader han apelado a la cooperación y justa intervención de la comunidad internacional, en virtud de que hay que evitar que la situación de vida de ese país se agrave hasta tornarse con mayor peligrosidad para la región.
Con la destitución del canciller Joseph, el primer ministro haitiano ratifica lo que anteriormente había comunicado por la vía diplomática y que fue revelado por el presidente Abinader en lo atinente a mantener y fortalecer las relaciones binacionales, lo que fue ratificado días después con el envío de su emisario Supplice, quien permaneció por una semana en el territorio nacional abordando temas cardinales como la migración, la seguridad en la frontera y la buena convivencia entre los dos países.
Creemos que el canciller Joseph estuvo enfocado de la voluntad de diálogo que impulsa el primer ministro haitiano o, como creen muchos, actuaba en función de sus intereses o de grupos interesados en que Haití se mantenga envuelto en el caos institucional y la inestabilidad que promueven bandas armadas.
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