DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Por décadas el país ha carecido de una efectiva política migratoria, lo que ha permitido un masivo éxodo de extranjeros, en su mayoría proveniente de Haití.
En el país hay consenso sobre el desorden migratorio que prevalece como algo natural, regularmente por una clara voluntad política desde el Estado.
Ahora ha llegado el momento para normalizar la legislación, con el rastre de las críticas desde el exterior sobre alegada violación de derechos humanos.
La verdad es que el país no puede permitir el desorden en la migración sin ninguna regulación y sin control debido. De ahí las calles estén repletas de extranjeros procedentes de Haití, en una mayor escala, desde Venezuela y hasta de China.
Por tanto, es tranquilizante el anuncio del presidente Danilo Medina en un recorrido por las zonas fronterizas de que el Gobierno aplicará la Ley de Migración.
“Vamos a coordinar a todas las instituciones que trabajan en la frontera: brigadas del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, Cesfront y la Dirección General de Migración, para que hagan valer la Ley de Migración en la frontera”, refirió el Mandatario.
Este pronunciamiento del Jefe del Estado viene luego de que dispusiera hace meses por la entrada en operación de 50 nuevos vehículos todoterreno y tres helicópteros para contrarrestar la penetración de indocumentados y proteger la seguridad en la toda la línea fronteriza.
Lo que se espera la efectividad de las medidas gubernamentales para hacer valer la ley que arguye el presidente Medina, ya que desde el Estado ha existido una total desidia para salvaguardar los intereses del país en materia migratoria.
El Plan Nacional de Regularización Extranjera, con una inversión de mil millones de pesos a cargo del Estado dominicano, representa un buen ensayo para encaminar una verdadera política que permitirá normar el estatus legal de los ciudadanos de otros países y también tener un control sobre su estadía.
En el país hace falta aplicar las leyes, principalmente la migratoria, lo que viene a representar un paso institucional de gran importancia, ya que no es un secreto que calladamente existe una invasión de parte de indocumentados haitianos, muchos de los cuales huyen de la miseria reinante en su nación.
Esperamos, por igual, que desde el liderazgo político, económico y social surge una visión clara a favor de salvaguardar la soberanía nacional.
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