El país urge por el debate electoral/Autor: Franklin Puello
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- “Necesitamos el debate electoral, no queremos candidatos mudos”
Así se expresa el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán.
La celebración de un debate entre los aspirantes a la Presidencia no es una demanda nueva.
Sin embargo, es de suma importancia que la Junta Central Electoral coloque este tema en su agenda de trabajo.
Inclusive, que sea esta misma institución la que organiza y auspicie que los candidatos presidenciales de los diferentes partidos esbocen ante la ciudadanía sus programas de Gobierno.
Ese debate que proclama Castaños Guzmán servirá, como ha ocurrido en otros países, para que los ciudadanos puedan percatarse de las capacidades físicas y profesionales de quienes buscan detentar el poder desde el Palacio Nacional.
“Necesitamos el debate electoral”, así como lo vocifera el presidente de la Junta encierra un serio compromiso por parte de la propia institución y también de los partidos.
Es decir, en el país no se puede continuar rehuyendo a las exposiciones de las ideas, mucho menos de los planes que se pondrían poner en ejecución tan pronto una fuerza política sea favorecida con el voto mayoritario de los electores.
“No queremos candidatos mudos”, es otra frase altisonante del presidente de la Junta que invita a que los candidatos tengan que exponerse al escrutinio de la población, con la interacción permanente y con la retroalimentación cotidiana.
Así como urge la aprobación de la Ley de Partidos, que es una bandera de la Junta Central Electoral, también se hace necesario el debate electoral, ya que la democracia dominicana ha madurado lo suficiente para que los candidatos se enfrenten en un mismo escenario y con total capacidad puedan delinear sus visiones y sus ejecutorias de Gobierno, dentro de un programa planificado de sus respectivas organizaciones partidarias.
Tradicionalmente el debate no se ha materializado porque el candidato puntero en determinado momento presume que podría debilitarse sus posibilidades de triunfo al mostrarse en un escenario ante los aspirantes más débiles, según las encuestas coyunturales que se hayan publicado.
Esa falsa concepción y mala interpretación de la realidad deben ser erradicadas de las mentalidades de nuestra clase política. Al contrario, la adhesión de los votantes podría consolidarse por el desempeño que exhiban sus candidatos o los candidatos con mayor posibilidad de triunfo.
“Necesitamos el debate electoral, no queremos candidatos mudos” es una expresión que enarbola el pensamiento claro de esta nueva Junta Central Electoral, que de materializarse podría conducir a fortalecer la confianza perdida en ese organismo.
La Junta Central Electoral tiene mucho trabajo por delante de cara a las elecciones de 2020, además de persistir en la vigilancia permanente del Registro Civil y de la nacionalidad.
Sin embargo, uno de sus principales retos debe ser rescatar la confianza y la credibilidad ante la ciudadanía como sostén de la democracia.
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