DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Desde este miércoles el país estrena una nueva Junta Central Electoral.
La juramentación de Román Jáquez junto a los demás miembros titulares y suplentes abre otro capítulo en la vida institucional del país, con grandes retos por vencer en lo inmediato.
Necesariamente, la nueva Junta está compelida a trabajar en la recuperación de la deteriorada imagen producto de escenarios adversos que matizaron el accionar de los pasados miembros.
La suspensión de las votaciones durante las elecciones del 5 de febrero pasado constituye un rastre histórico que pesará en el quehacer institucional de la JCE, situación que condujo al país al gasto innecesario de más de 5 mil millones de pesos en montajes parecidos para elegir las nuevas autoridades gubernamentales que hoy encabeza el presidente Luis Abinader.
Pero la JCE no solo tiene la obligación de administrador y arbitrar las elecciones cada cuatro años. El organismo es y debe ser el guardián celoso de la identidad en el país. El registro civil es la nacionalidad viva y la JCE debe procurar su fortalecimiento con medidas de seguridad y de salvaguarda.
Lo importante es que los nuevos integrantes del organismo electoral cuenten con el apoyo solidario de la clase política y de toda la sociedad.
Los cinco miembros titulares y sus cinco suplentes no son los únicos responsables en las garantías de unas elecciones transparencias ni tampoco en la vigilancia permanente de la dominicanidad.
Desde este miércoles se inicia una nueva etapa en la JCE con la juramentación por parte del Senado y el traspaso en la sede principal.
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