El impacto de una violación tiene efectos devastadores en varias generaciones
NUEVA YORK, Estados Unidos.- La violación, la violencia sexual y el maltrato son fenómenos que afectan a mujeres y niñas de manera generalizada; una de cada tres la ha sufrido en algún momento de su vida. En el día dedicado a promover la eliminación de ese flagelo, el Secretario General llama a los Gobiernos y a todos los sectores de la sociedad a rechazar la misoginia.
Ocurren todos los días en todo el mundo y en todas partes: desde las instalaciones universitarias hasta los conflictos armados, las agresiones sexuales contra las mujeres y las niñas son tantas y tan cotidianas que no se pueden ignorar o silenciar. Según los datos de la ONU, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida.
Para alertar sobre ese flagelo y combatirlo, la Asamblea General aprobó en febrero de 2000 una resolución en la que declaró el 25 de noviembre de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Desde entonces, cada año los Gobiernos, las organizaciones internacionales y las ONG coordinan actividades en esa jornada con el objetivo de elevar la conciencia pública y buscar soluciones políticas al grave problema.
Dominación masculina
En su mensaje para la ocasión, el Secretario General António Guterres reiteró el compromiso de la ONU con poner fin a todas las formas de violencia contra mujeres y niñas, afirmando que esos abusos son una de las transgresiones más atroces, persistentes y generalizadas de los derechos humanos.
Guterres dijo que esa violencia tiene sus raíces en siglos de dominación masculina.
“No olvidemos que las desigualdades de género que alimentan la cultura de la violación son esencialmente una cuestión de desequilibrio de poder. El estigma, los errores conceptuales, la falta de denuncia y la aplicación deficiente de las leyes no hacen sino perpetuar la impunidad”, apuntó.
También recordó que la violación se usa como arma de guerra y llamó los Gobiernos y a todos los sectores de la sociedad a adoptar una postura firme de rechazo a la violencia sexual y la misoginia.
El Secretario General de las Naciones Unidas pidió acabar con el estigma, a mostrar mayor solidaridad con las víctimas y con quienes las defienden y a respetar las garantías de las mujeres.
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