El G7 no debe olvidar la crisis alimentaria mundial

HIROSHIMA, Japón.-

A pocos días de celebrarse una nueva Cumbre del G7 en la ciudad japonesa de Hiroshima, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) instó este martes a los integrantes de ese foro político intergubernamental a mantener el compromiso que mostró el año pasado con la seguridad alimentaria.

El llamado al G7 se produce en un momento en los que varias crisis, como las que afectan a Sudán, Haití y el Sahel, provocan un mayor número de hambrientos.

En concreto, la agencia cifró en unos 345 millones el número de personas que actualmente sufren la escasez de alimentos, una cifra que supone un aumento de casi 200 millones desde principios de 2020. De ellos, 43 millones están a un paso de la hambruna.

Esta dramática situación se suma a los recientes recortes en las raciones de alimentos que el Programa se vio obligado a aplicar en sus misiones en Afganistán, Bangladesh y Palestina, donde las necesidades superan los fondos disponibles. Las siguientes operaciones afectadas por las reducciones serían Somalia y Chad, alerta el Programa.

La directora ejecutiva de la agencia de la ONU, Cindy McCain, recordó que el liderazgo del G7 durante 2022 salvó muchas vidas.

“Millones de personas recibieron la ayuda que necesitaban y países como Somalia pudieron salir de la situación de hambruna. Por desgracia, la crisis alimentaria mundial no ha desaparecido. Y situaciones como las de Sudán y Haití echan más leña al fuego”, afirmó.

Sudán, Haití y el Sahel generarán millones de hambrientos
Los combates en Sudán han desplazado a cientos de miles de personas y abocado a millones a pasar hambre. La agencia estima que el número de personas que sufrirá inseguridad alimentaria durante los próximos meses aumentará entre 2 y 2,5 millones, elevando el total en el país a la cifra récord de 19 millones.

La inseguridad, la violencia y el aumento de los problemas económicos están agravando la situación de inseguridad alimentaria de los haitianos. Se calcula que unos 4,9 millones de personas, cerca del 45% de la población, sufren hambre aguda.

En la región africana del Sahel, los nuevos brotes de violencia en países como Burkina Faso provocan situaciones de hambre entre las personas que huyen o vieron alterada su cotidianeidad por los conflictos.

El Programa también pidió apoyo político a otras actuaciones que ayudarían a aliviar la crisis, como la Iniciativa de Granos del Mar Negro.

“Necesitamos incrementar la ayuda, especialmente cuando se trata de conseguir que nuestros sistemas alimentarios sean más fuertes”, afirmó McCain. “Si podemos , no necesitarán ayuda de emergencia la próxima vez que haya una sequía o una inundación”.

A modo de ejemplo, Níger se enfrentó el año pasado a su peor crisis alimentaria en una década. Algunas de las zonas más afectadas fueron las que el PMA disponía de programas de refuerzo. Como resultado, la gran mayoría -el 80% de las aldeas- no necesitó ayuda humanitaria.

Durante la Cumbre del G7 celebrada el año pasado en Alemania, los líderes de las siete economías más avanzadas prometieron “no escatimar esfuerzos para aumentar la seguridad alimentaria y nutricional mundial” y proteger a los más vulnerables.

El próximo encuentro del G7 se celebrará en la ciudad japonesa de Hiroshima del 19 al 21 de mayo.

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