Editorial: Otra vez, la Ley de Partidos

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Desde hace más de quince años data un proyecto de Ley de Partidos en el Congreso Nacional.

Diferentes propuestas se han presentado de los propios partidos y hasta de organizaciones de la sociedad civil para que el país cuente con una reglamentación del sistema político, pero todo ha seguido igual, y el proyecto se retoma sólo cuando provoca alguna ventaja momentánea.

plumaLo cierto es que ha faltado voluntad política para aprobar la Ley de Partidos en el Congreso, ya que vendría a regular el ejercicio de las actividades partidarias, la captación de los fondos para la campaña y hasta establecería un equilibrio en el proselitismo.

Esta legislación, de acuerdo a la visión del liderazgo político, no sería de mucha utilidad porque vendría a ser una cortapisas en el acción de la cúpula de las organizaciones, ya que ahora se puede hacer un ejercicio sin ninguna regularización por parte de la Junta Central Electoral.

El hecho que la Junta tenga un mayor control de los partidos se asume como una intromisión, por lo que la Ley de Partidos ha tenido los tropiezos conocidos en el Congreso Nacional,

Sin embargo, su discusión ha vuelto a la palestra desde que el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, ha clamado por su aprobación en las cámaras legislativas.

La respuesta ha sido clara de parte del candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno, Luis Abinader, de que esa Ley de Partidos debe provenir de una amplia discusión y consenso, sin ninguna imposición de parte del Partido de la Liberación Dominicana, que ahora tiene el total control del Congreso.

Ciertamente que el país urge por normas claras y firmes que obliguen a los partidos a desarrollar un ejercicio democrático, amparados en el respeto de los derechos de sus militantes de acuerdo a sus estatutos, como forma de fortalecer el sistema institucional del país.

Pero esta Ley de Partidos debe ser parte de una concertación que involucra a todos los estamentos de la sociedad, por bien de la democracia.

Los comentarios están cerrados.