SANTO DOMINGO.- Conocidas son las penurias y dificultades que afrontan los militares consignados en la frontera.
Además del peligro que representa salvaguardar la integridad territorial del país ante el masivo éxodo de haitianos por la zona fronteriza.
Todo el mundo tiene algún conocimiento de entrega de indocumentados por los lados fronterizos, principalmente después de que el Gobierno puso en marcha el plan nacional de regularización de extranjeros para normar el estatus legal de muchos ciudadanos de otros países que permanecen en el territorio dominicano.
Pero bien haría el Gobierno si ciertamente se cumple lo anunciado por el ministro de Defensa, teniente general Máximo Muñoz Delgado de que a partir de enero serán mejoradas las condiciones de vida de los soldados confinados en la frontera.
Las medidas contemplan, por igual, un reajuste de sueldos para los integrantes del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), lo que constituiría un estímulo para el desempeño de esa loable responsabilidad.
El alto oficial también informó que desde su gestión trabaja para garantizar condiciones dignas de trabajo para los militares.
La verdad que la frontera amerita de una mayor atención del Estado dominicano ante el desgobierno que existe en Haití.
Hay que despertar la conciencia entre los militares sobre su misión sagrada para la preservación de la integridad territorial, evitando así cualquier práctica de soborno para enfrentar las mafias que prevalecen detrás del éxodo de indocumentados hacia la República Dominicana.
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