SANTO DOMINGO.- El Gobierno ha abierto el debate entre los diferentes sectores en torno a la firma de un pacto eléctrico que vendría a constituir una redefinición del Estado en cuanto a su política de generación y distribución del sector energético nacional.
Sería una nueva visión en el contexto de desastre y peligrosidad que ha representado ser el renglón eléctrico, siendo -como es bien conocido- un buen negocio para algunos y una pérdida constante para el país.
No es posible que en este siglo el país aún adolezca de deficiencias en la energía, cuando se han invertido millones y millones de pesos y de dólares que han ido un barril sin fondos, representando un mal negocio para el Estado y para toda la sociedad dominicana.
Ahora se abre la oportunidad de discutir francamente todo lo concerniente a lo que ha representado el sector energético en la mesa de este pacto eléctrico, en el que habrá de discutir el pasado y el presente, además del futuro, de esta área tan vital para el desarrollo nacional.
Entonces, bien se hará con convocar a consultas a los diferentes sectores para que externen sus preocupaciones y aprehensiones, además de propuestas concretas, para que se concerte un verdadero pacto eléctrico que contribuya a socavara las deficiencias y dolencias que siempre han existido por décadas.
Lo que salga de la mesa del comité técnico y logístico de este pacto eléctrico debe ser respaldado bajo un estricto consenso, sin menoscabo de la responsabilidad del Estado para garantizar un servicio eficiente y estable, con buena rentabilidad en las inversiones que se realicen desde el Gobierno como desde el sector privado.
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