División en el Consejo de Seguridad con respecto a Venezuela
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU reveló una clara división sobre las posibles soluciones a la crisis en Venezuela. Estados Unidos y algunas naciones europeas y latinoamericanas apoyan a un “presidente interino” autoproclamado, mientras que Rusia y otro grupo de países de diversas regiones reconocen la soberanía del Estado venezolano y llaman al diálogo. Venezuela considera que se trata de un intento más de golpe de Estado y la ONU urge a la moderación y a trabajar unidos por el bienestar de los venezolanos.
En una reunión extraordinaria promovida por Estados Unidos, el Consejo de Seguridad debatió este sábado sobre la situación en Venezuela contando con la presencia de más de 30 oradores, que incluyeron al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y al secretario del Exterior venezolano, Jorge Arreaza, además de otros cancilleres latinoamericanos.
Rosemary DiCarlo, subsecretaria general de la ONU para Asuntos Políticos y Construcción de la Paz, fue la primera ponente de la mañana con un informe en el que advirtió la preocupante crisis política que vive el país sudamericano y el grave impacto humanitario que ésta tiene en la población venezolana.
“Debemos hacer todo lo que podamos para evitar un empeoramiento de las tensiones. Debemos tratar de ayudar en la búsqueda de una solución política que permita que los venezolanos gocen de paz, prosperidad y de todos sus derechos humanos”, dijo.
La reunión urgente del Consejo se produce después de que el pasado 23 de enero el diputado líder de la Asamblea Nacional de Venezuela se autoproclamara “presidente encargado” mientras se convocaba a elecciones, lo que desató una serie de movilizaciones a favor y en contra de esta acción. Durante esas protestas, hubo algunos incidentes violentos y se reportaron 20 presuntas muertes. El presidente constitucional, Nicolás Maduro, había inaugurado su segundo mandato dos semanas antes, de acuerdo con el resultado de las elecciones celebradas en mayo de 2018.
En su discurso, DiCarlo se refirió a la situación en Venezuela como “extrema” y aseguró que tiene una dimensión económica y política.
“La población es afectada de manera sistémica, casi todos los venezolanos, 30 millones, padecen la hiperinflación y el colapso de los salarios reales; la escasez de alimentos, medicinas y suministros básicos; el deterioro de los servicios de salud y educación; el deterioro de infraestructura básica como el agua, la electricidad, el transporte y los servicios urbanos”, señaló.
DiCarlo subrayó la urgencia de resolver las diferencias entre los actores internos e internos en beneficio de los venezolanos.
Debemos guiarnos por el propósito de conseguir el bienestar del pueblo venezolano y trabajar juntos
“Hay visiones divergentes sobre cuál debe ser el futuro de Venezuela. Pero todos debemos guiarnos por el propósito de conseguir el bienestar del pueblo venezolano y trabajar juntos para que sus necesidades sean satisfechas”, concluyó.
Opiniones divididas
Las posiciones encontradas sobre la mejor vía hacia una solución en Venezuela fueron la constante del debate. Por un lado, Estados Unidos y un grupo de países que incluyeron a Perú, Colombia, Brasil, Alemania y el Reino Unido, entre otros, desconocieron a Gobierno venezolano y respaldaron a Guaidó como “presidente interino”, objetando el resultado de las elecciones y alegando que esa nación constituye una amenaza a la paz y seguridad internacional, además de responsabilizar a sus dirigentes de la crisis económica y humanitaria que ha generado el desplazamiento de millones de personas.
El secretario de Estado Mike Pompeo afirmó que Cuba está detrás del Gobierno “opresor” y “antidemocrático” de Nicolás Maduro e instó a los Estados a “tomar partido”.
“Es el momento de que todos los países tomen partido. No más demoras, no más juegos. O están con las fuerzas de la libertad o están con Maduro y caos… Llamamos a todos los miembros del Consejo de Seguridad a apoyar la transición democrática en Venezuela y el papel que tiene en ella el presidente interino Guaidó”, apuntó.
Es el momento de que todos los países tomen partido
Los países que comparten ese punto de vista hicieron eco del discurso de Pompeo y Alemania, por su parte, dijo que daban a las autoridades de Venezuela un plazo de ocho días para dimitir.
En el otro lado del espectro, Rusia encabezó a un cúmulo de gobiernos (China, Guinea Ecuatorial, Sudáfrica, Bolivia, Cuba y otros) que se opusieron a las amenazas y ultimátum a Venezuela, objetaron que fuera una amenaza internacional y pugnaron por el respeto a su soberanía y derecho a resolver sus asuntos sin injerencias extranjeras, según las leyes internacionales y la Carta de la ONU.
Rusia lamentó que el “juego sucio” de Estados Unidos llegara al Consejo de Seguridad y acusó a ese país y sus seguidores de estar detrás de la inestabilidad y los intentos de golpe en Venezuela.
“Si algo representa una amenaza a la paz es la descarada y agresiva postura de Estados Unidos y sus aliados enfocada a deponer al presidente de Venezuela electo legítimamente”, afirmó el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia.
Si algo representa una amenaza a la paz es la agresiva postura de Estados Unidos
Agregó que la “injerencia flagrante” de Estados Unidos hacia Venezuela no ha conseguido el apoyo que necesita en la arena internacional e indicó que su estrategia no es nada nuevo, “es un caso típico de amenaza a la paz creado por el recurso de la fuerza”, una muestra más de que considera a América Latina una zona exclusiva de interés estadounidense, enfatizó.
Luego de señalar que esa postura constituye una violación a la Carta de la ONU, abogó por un diálogo nacional para la reconciliación.
En el mismo tenor, los países que comparten la posición rusa, advirtieron que el derrocamiento del Gobierno de Venezuela sentaría un precedente muy peligroso de consecuencias funestas que podrían extenderse a otras naciones en el futuro. Del mismo modo, recordaron las crisis generadas recientemente en Medio Oriente y el norte de África tras la destitución de gobiernos legítimos en otros países.
México y Uruguay, por su lado, reiteraron su reconocimiento al Gobierno constitucional venezolano y refrendaron su iniciativa de facilitar un diálogo entre todas las partes implicadas, dentro y fuera de Venezuela, para evitar un mayor deterioro de la situación y hallar una solución negociada y pacífica a la crisis, siempre con respeto absoluto a la soberanía e independencia del país.
“Venezuela no está sola”
En su turno al micrófono, el canciller venezolano indicó que ha quedado demostrado que su país no está solo frente a los intentos de golpe de Estado orquestados por Estados Unidos “y sus satélites” en la región y afirmó que el Gobierno venezolano está abierto al diálogo, citando como ejemplo el proceso en Santo Domingo, abandonado por la oposición en el último minuto.
Jorge Arreaza rechazó categóricamente cualquier presión, imposición o injerencia extranjera y preguntó por qué no se han cuestionado en las instancias del multilateralismo las amenazas estadounidenses del uso de la fuerza contra su país.
Consideró que la intención de derrocar al Gobierno venezolano es “descarado, evidente”. “Se le ven las costuras por todos lados a este intento de golpe de Estado. Es una estrategia muy burda”, añadió.
Arreaza acusó a los detractores de Venezuela de poco rigor en los datos en que basan sus imputaciones. “Se dicen muchas mentiras”, acotó.
Nadie conseguirá que haya una guerra civil en Venezuela
A la postura alemana y de otros países europeos, el ministro venezolano, respondió desafiándolos a celebrar elecciones en el Reino Unido o en España, por ejemplo. “No tienen ningún derecho a lanzarnos ningún ultimátum”, declaró.
Finalmente, aseguró que nadie conseguirá que haya una guerra civil en Venezuela, como pretenden algunos, y agradeció las iniciativas en favor del diálogo para cerrar su participación subrayando que Venezuela “es irrevocablemente libre e independiente”.
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