DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El país ha sufrido largos tropiezos al paso del proceso de la tiranía a la democracia. Mucha sangre ha sido derramada por varias personas que creyeron en el sueño de una nación más libre y participativa.
Arriesgaron el bienestar particular por la satisfacción del deber cumplido. La lista sería muy extensa para citar aquellos que vivieron a favor de la democracia, aunque la actual goce de imperfecciones y hasta debilidades propias de un sistema totalmente contaminada por factores políticos y de ambiciones desmedidas.
Pero al paso de los años se va despertando la conciencia nacional y metas comunes son trazadas de manera colectiva. Ahí está la lucha constante por el cumplimiento del 4 por ciento del Producto Interno Bruto para el sector de la educación. El presidente Danilo Medina escuchó el clamor común de la sociedad y hasta el momento ha sido fiel cumplidor de la asignación de estos fondos. Uno de los logros de su gestión gubernativa, sin lugar a dudas.
También el despertar de la sociedad se puso de manifiesto con el reclamo de mayores beneficios por parte de la explotación de la mina de Pueblo Viejo, en Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, obligando que la empresa Barrick Gold tuviera que ceder a una renegociación más satisfactoria para el país, lo que fue refrendada por el Congreso Nacional, permitiendo más del 50 por ciento de los ingresos de los beneficios de la minera para el Estado.
Ahora la sociedad dominicana está en pie de lucha por la preservación de loma Miranda. La Falconbridge presiona y procura el permiso para explotar esta reserva natural, lo que -según la Academia de Ciencias y otras instituciones reconocidas- pondría en peligro la conservación del agua en su justa calidad para el consumo humano y la producción nacional.
Lo más importante de estos acontecimientos -4 por ciento para la educación, renegociación del contrato con la Barrick Gold y preservar loma Miranda- conducen al fin común del pueblo dominicano a luchar por mejores condiciones y una calidad digna dentro del respeto de las leyes y del marco democrático, mientras se exige una justa redistribución de las riquezas nacionales.
Llegará el momento en que los dominicanos también se levantarán por el cese de la impunidad y de la corrupción a favor de personajes que se han enriquecido bajo el amparo de un sistema político contaminado por filibusteros modernos, que están al acecho de beneficios personales por encima de los verdaderos intereses nacionales.
Entonces así, habrá una verdadera libertad social, económica y democrática en la República Dominicana.
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