Contra la delincuencia/Autor: Julio Vargas
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Con regocijo acogí el beneplácito de la reforma a la Policía Nacional, además de la noticia de la aprobación de la Ley de armas la semana pasada. Si a estas se les suma el proyecto de Ley de Extinción de Dominio a los acusados de Narcotráfico, se podría asegurar que a la delincuencia que azota a la República Dominicana se le dio un duro golpe; si bien es cierto que estas acciones van encaminadas a reducir la criminalidad en el país y que son aportes de mucho peso para frenar la intempestiva presencia de malhechores en esta tierra de Duarte, Sánchez y Mella también lo es que no son suficientes.
A riesgo de parecer pesimista o inconformista me atrevo a proponer ejemplos de países como Islandia o Canadá, el primero dentro de los cinco países con la criminalidad más baja y una policía desarmada en su totalidad y el segundo con uno de los controles de armas más estrictos establecido en 1995. En el caso de Islandia, la universidad de Missouri reveló un informe realizado por uno de sus estudiantes donde se descubrió que las clases sociales son casi inexistentes en ese país lo que reduce –según el estudio- la tensión económica. Esto podría traducirse a la desigualdad social imperante que hay en la República Dominicana, pero ¿Sería justo responsabilizar a los pobres de la delincuencia en el país? No es justo decir que todos los pobres delinquen, pero es claro que la pobreza es un factor determinante de la delincuencia.
En cuanto a Canadá y su control de armas, algunas de las características de este podrían parecerles interesantes, todas las armas deben estar registradas por el gobierno al igual que sus portadores, hay una gran cantidad de armas con la entrada prohibida a ese país –para esto se debe contar con un control aduanero impecable- además de un acceso restringido a las municiones. En casos como los de Estados Unidos que posee una de las Policías más armadas y que la posesión de armas de fuego por civiles es un derecho constitucional se puede ver un claro ejemplo de que flexibilizar el acceso de la población de armas no es la solución.
Sin embargo, en un país como la Republica Dominicana donde la mayor cantidad de armas involucradas en crímenes son ilegales o robadas restringir y blindar el acceso y el ingreso de las armas al país sería el golpe definitivo para el cese de homicidios por armas de fuego, claro que para esto se tendría que desarmar a la Policía Nacional también.
Ya que el Presidente de la República dispuso a los legisladores culminar todos los proyectos pendientes antes del 16 de agosto próximo, se aprecia un cuadro propicio para la aprobación de proyectos que tengan como objetivo resolver esta problemática social, como ya se ha visto con los proyectos antes mencionados al iniciar este artículo. No obstante hay que tener cuidado con la aprobación a vapor de leyes que no sean bien consensuadas y que no se hayan estudiado adecuadamente solo por cumplir con un plazo o por callar unas cuantas bocas.
Desde hace mucho tiempo en la República Dominicana se han implementado proyectos satisfactorios para otros países, sin importar que estos no tengan las mismas condiciones que este, por lo que sería propicia la ocasión para que nuestros legisladores fijen sus vistas a los modelos citados para ver como aprovechar estas plataformas que ofrecen estos países ciertamente más desarrollados.
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