SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La grave revelación la hace el dirigente choferil Antonio Marte, presidente de la Confederación Nacional de Transporte (Conatra), que atribuye muchos accidentes de tránsito al consumo de este tipo de drogas.
“¿Tú sabes el por qué son los accidentes de tránsito de aquí, la mayoría?, por el consumo de los choferes de marihuana y cocaína”, indicó Marte, en una información recogida por el periódico El Caribe en su versión digital.
Esta aseveración no debe ser desdeñada por las autoridades, mucho menos por el área responsable de la vigilancia del tráfico y consumo de estupefacientes.
Hay que iniciar una urgente investigación para determinar quiénes son los choferes y quiénes podrían ser los próximos consumidores para diseñar un plan que permita erradicar esa mala práctica, evitando así que personas inocentes pierdan la vida en accidentes lamentables.
Si bien la denuncia no es nueva, la ocasión amerita la movilidad pública por la persona autorizada que emite la denuncia de manera responsable. Y correcta es la acción de Conatra de realizar cada cierto tiempo pruebas antidopajes a sus afiliados como forma de desestimular cualquier intento de ingerir estupefacientes.
La preocupación no debería ser encaminada sólo hacia cuáles choferes consumen cocaína y marihuana, sino detectar el mecanismo que utilizan para apropiarse de esta sustancia para el uso, sin percatarse del daño que se provocan y del peligro al que se exponen a los usuarios del transporte.
Antonio Marte y los demás dirigentes choferiles, en caso de que disponen de informaciones sobre esta problemática, deberían acudir ante las autoridades y colaborar para enfrentar ese mal y así adecentar ese sector.
El presidente de Conatra ofrece un dato estremecedor: 27 choferes afiliados a ese gremio dieron positivo en pruebas que se realizaron a 974 miembros en pesquisas realizadas sobre en las provincias San Cristóbal y La Altagracia.
Creemos, muy alejados de la imprudencia, que esta revelación no puede quedarse en el aire y urgente hay que motorizar una investigación para recuperar a los choferes que aún puedan rescatarse, pero someter a la Justicia a quienes pudieran ver ese negocio como un modo de vida, en perjuicio de los clientes del transporte y de la salud ciudadana.
Es bueno ahora, para luego no tener que arrepentirnos después.
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