Biden y Johnson confían aún en diplomacia para evitar invasión militar de Rusia en Ucrania

WASHINGTON, Estados Unidos.- El liderazgo mundial apuesta a la diplomacia para bajar la tensión creciente en torno a una posible invasión militar de Rusia en Ucrania, que persiste en su integro como miembro de la OTAN a pesar de la oposición del Gobierno del presidente Vladimir Putin, conflicto que ha sido el ingrediente de la disputa desde hace varias semanas.

Los presidentes de Estados Unidos y de Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, así como el primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, han asumido esta estrategia como vital para consensuar un acuerdo que evite que Rusia materialice cualquier plan de invadir Ucrania, sin que estas acciones puedan generar “severos daños” en las relaciones comerciales y diplomáticas.

Como parte de los aprestos del liderazgo mundial, el primer ministro británico tuvo este lunes una conversación telefónica con Biden para abordar el tema ucraniano.

“Coincidimos en que aún hay una venta crucial para la diplomacia y para que Rusia retroceda en sus amenazas hacia Ucrania”, se ha informado que consideran estos líderes.

En un comunicado de Downing Street se indica que “los líderes enfatizaron que cualquier incursión adicional en Ucrania resultaría en una crisis prolongada para Rusia, con daños de gran alcance tanto para Rusia como para el mundo”.

Este contacto telefónico entre Biden y Johnson se produce después de una llamada del mandatario estadounidense con Putin el pasado sábado para bajar la incertidumbre más creciente sobre una posible intervención militar.

Macron, presidente de Francia, se reunió la semana pasada con presidente de Rusia como parte de esa estrategia dirigida a mantener el diálogo y se preserve la integridad del pueblo ucraniano.

En su llamada de este lunes, Biden y Johnson se identificaron en que los aliados del Occidente deben mantener la unidad ante las amenazas rusas.

Habrían convenido sobre la necesidad de que los países europeos reduzcan su dependencia de gas de Rusia, lo que representaría golpear el corazón de los intereses estratégicos de ese país, en caso de materializarse una acción militar.