Artículo: Repudio a la violencia contra la mujer/Autora: Talyam Vásquez

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Lo ocurrido el martes 5 de enero del 2016, en el Juzgado de Paz Ordinario del Ensanche Ozama, refleja la situación de violencia en la que se encuentra el país, en los últimos años. La ola de violencia se ha apoderado de la ciudadanía, y ya no se está seguro en ningún lado. La vida humana ha perdido el valor para los desaprensivos, que matan por menos de 100 pesos.

El  crimen se esparce por doquier, hermanos contra hermanos,  padres contra hijos, y viceversas y ahora entre abuelos y nietos, nadie está seguro, todos hemos vivido el duelo por la pérdida  de un amigo o un familiar, que  ha sido víctima de violencia.

Por nuestra parte las mujeres hemos sido víctimas de violencia a causa de nuestro sexo, desde siempre, hay quienes han insistido en asociarlo con la genética, sin embargo no creo que haya alguna justificación para intentar comprender el abuso. A veces siento que la violencia está “de moda”, y que los abusadores inventan teorías para justificarse.

Es frecuente escuchar a hombres y mujeres razonar que esa mujer se buscó sus golpes ¿Qué le costaba tener la cena a tiempo? ¿Qué le costaba acostarse al lado de ese hombre aunque estuviera borracho? ¿Por qué tuvo que quejarse cuando él llegó tarde a la casa, luego de irse de parranda? Es increíble como a las mujeres se nos quiere mantener en el papel de doméstica, enfermera, ama de casa, sin importar nuestras aspiraciones, nuestros estudios, nuestras capacidades e incluso nuestros aportes a la economía del hogar y de la nación. No nos quieren dejar ser. Nos quieran apagar la luz…

La muerte de Carolina Rijo enlutó a la sociedad dominicana, y al mundo. La justicia volvió a fallarnos, no fue capaz de proteger a la humilde hija de esta lastimada sociedad, de su violento agresor. El asesino un desertor de la Marina, que con un arma que no le correspondía portar, penetró en un tribunal, y burló las medidas de seguridad, para con  saña y maldad arrancarle la vida a su víctima, a la que ya la había amenazado de muerte.

La verdad es que la violencia y la agresión que estamos experimentado ha roto récord, si las autoridades y la sociedad no se ponen los pantalones perderemos la paz necesaria para el desarrollo de nuestra sociedad.