SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cuando los que gobiernan un país se hacen de la vista gorda y no atienden los problemas urgentes que van en detrimento de una sociedad y la gente percibe que no hay castigo para los corruptos, entonces entra el caos y el desorden institucionalizado.
Nuestra sociedad hoy día se ha convertido en un ente de desorden generalizado, donde hay políticos y empresarios que se han hecho ricos gracias al síndrome de la conveniencia. Son pocos los que desde arriba predican con el ejemplo, parece que la prudencia se fue de viaje.
No importará quien sea el Presidente de turno, si esta sociedad en la que vivimos no se somete a un proceso de reflexión y cambio de mentalidad, seguiremos en el mismo círculo vicioso: el pobre más pobre y el rico más rico.
Los dominicanos tienen que aprender a elegir políticos que rindan cuentas, que verdaderamente los representen y no a gente que enganchada a un partido, use al Estado para enriquecerse.
De nada vale la buena intención del presidente Danilo Medina si los salarios siguen siendo pírricos y en su gabinete o partido al que pertenece, hay gente afectada del síndrome de la conveniencia. Una cosa es mala si afecta sus intereses particulares, lo menos importante es el pueblo.
Un país donde cada quien hace lo que la da la gana, con leyes que nadie cumple, donde la gente viva del “dame lo mío” para poder ligar la comida del día, se encamina por un sendero oscuro y no habrá forma de que salga del subdesarrollo, por más inversión que se haga.
No se está atacando el mal desde la raíz. La ambición desenfrenada de muchos políticos y empresarios no los deja ver que con sus malas acciones, en vez de generar paz y bienestar, convierten al país en un laboratorio generador de pobreza y delincuencia, desde arriba hasta abajo.
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