SANTO DOMINGO.- Ana nació en el Bronx. Su amor por un hombre que andaba en malos pasos, la metió en problemas. Impedida de vivir en EE.UU., llegó a nuestro país sin dinero, sin relaciones, a la intemperie. En un Call Center de Gurabo encontró empleo y nueva vida.
Le gusta trabajar y hacer lo que hace como supervisora de calidad de United Nearshore Operations (UNO). “Es un trabajo excelente”, dice.
La empresa, localizada en el Parque Industrial de Gurabo de Santiago, genera 1,000 empleos, mayormente entre jóvenes de 18 a 30 años, no sólo de Santiago, sino también de Moca y La Vega.
“Me salí de un problema” es la segunda historia de la serie titulada “Me gusta trabajar” que estamos produciendo sobre los cientos de miles de empleos creados o protegidos, formales o informales, entre mujeres y hombres, durante el gobierno de Danilo Medina.
La democratización de la economía vía el crédito solidario en el campo y la ciudad, de las compras y contrataciones del Estado a las mipymes, así como las facilidades brindadas al empresario emprendedor (valga la aparente redundancia), han ayudado a crear 236 mil empleos en dos años y proteger (o salvar) decenas de miles de empleos más. Mal contados…, aunque se trate de cifras oficiales.
Afortunada y plena, Ana nos cuenta que es feliz. La fuerza de su carácter, un empleo estable y haberlo cuidado con gusto y ganas de trabajar, le permitieron salir del problema en el que se había metido.
Ana Peña es libre (labró su libertad) que es mucho más que ser feliz.
Sueña criar a sus dos hijas, nos lo dice en perfecto inglés, “para que sean como yo soy hoy, que tengan un mejor futuro. Yo quiero que ellas tengan la oportunidad de ir a la Universidad; que tengan las oportunidades que yo no tuve cuando era una niña o cuando estaba creciendo; no quiero que ellas cometan el mismo error que yo cometí”.
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