DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Toda la mirada de la sociedad está puesta en el trabajo que realiza la Junta Central Electoral de cara a las primarias abiertas y cerradas del seis de octubre de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Moderno (PRM).
La Ley de Partidos ha conferido una responsabilidad muy complejo al Pleno de la Junta con obligarla a organizar y ser el árbitro de ese proceso interno de las fuerzas políticas interesadas, en virtud de las múltiples complicaciones que hubo en el pasado para la escogencia de los candidatos a cargos electivos.
Sin embargo, el país estrenará el sistema del voto automatizado para permitir que más de cinco millones de ciudadanos puedan ejercer el voto en las primarias abiertas del PLD, mientras que más de un millón 300 mil lo harán por la propuesta del PRM.
Preocupa la complejidad del montaje del proceso y la gran cantidad de precandidatos que será postulada por estos partidos, lo que convierte las primarias en prácticamente un plebiscito o, mejor dicho, unos comicios generales.
Por tal razón, todo el andamiaje de las primarias abiertas por parte del PLD y cerradas en el caso del PRM debe estar revestido de toda garantía de confiabilidad y seguridad tecnológica en cuanto al uso del voto automatizado, por lo que es válido que la sociedad civil y un sector del PLD que lidera el expresidente Leonel Fernández tengan la responsabilidad de proponer que la JCE viabilice la posibilidad de un conteo manual o físico de las votaciones previo a la transmisión hacia el organismo competente.
Hay muchas dudas sobre la fiabilidad de la tecnología en cuanto a la complejidad del proceso electoral, por lo que es válido que los ojos de la colectividad nacional y de los partidos estén siempre fijos en el trabajo de la Junta Central Electoral y los hechos que envuelvan el montaje y desarrollo de las primarias.
Este ensayo del 6 de octubre es un escenario que no puede prestarse a potenciar una crisis política mediante la emisión de resultados poco confiables o amañados por una coyuntura fuera de la voluntad expresada en los centros de votación por la ciudadanía.
La credibilidad de la Junta está, sin embargo, fuera de cuestionamiento. La labor de la Junta ha merecido el reconocimiento propicio hasta el momento, pero hay que procurar que el proceso de las primarias concluya con el cumplimiento de las altas expectativas que ha concitado en la población y, además, por su importancia para el fortalecimiento del sistema democrático del país.
Las primarias del seis de octubre es algo serio para la institucionalidad y para la credibilidad total del sistema electoral. La Junta merece de la cooperación urgente y así se evitarán hechos lamentables que pudieran venir si se motoriza o se produce una innecesaria crisis política.
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