Hacia un nuevo modelo de la gestión municipal (Autor: Pablo Vicente)
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- Hace algunos días participé en el II Congreso de municipalistas denominado: Agenda de desarrollo local siglo XXI: una mirada desde el territorio, con dedicación póstuma a Peng Sien Rafael Sang Ben y el mismo fue organizado por el Foro de Municipalistas.
En dicho evento participaron reconocidos intelectuales, alcaldes, académicos, técnicos, especialistas y activistas sociales del ámbito social y municipal con el propósito de aportar ideas a la sociedad dominicana para la construcción de una agenda de desarrollo local para el siglo XXI, formulada con una mirada desde el territorio, de modo que sirva de referencia para las presentes y futuras generaciones.
De manera que fue un evento de muy alto nivel por la calidad de los participantes y sobre todo por el contenido de sus conclusiones.
Como todo congreso se generaron debates e ideas para profundizar el proceso de descentralización y el desarrollo territorial, algunas desde una visión progresista y otras desde una perspectiva muy radical.
Sobre esa última visión quisiera compartir algunas reflexiones, al presente han transcurrido 11 años desde que se aprobó la Ley No. 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios. Esta ley tiene por objeto, normar la organización, funciones y recursos de los ayuntamientos, de los municipios y del Distrito Nacional, y a su vez promover el desarrollo y la integración del territorio, garantizando el mejoramiento sociocultural de sus habitantes y la participación efectiva de las comunidades en el manejo de los asuntos públicos locales, a los fines de obtener como resultado mejorar la calidad de vida, preservar el medio ambiente, los patrimonios históricos y culturales, así como la protección de los espacios de dominio público.
Esta figura institucional implicó un cambio en el modelo de descentralización del Estado, fruto de un conjunto de visiones en las cuales la descentralización y, en particular, la profundización del gobierno local se vislumbraban para avanzar en la reducción de las disparidades territoriales, estimular y fortalecer las capacidades locales, la participación social, la creatividad y la innovación como elementos fundamentales del desarrollo. Este proceso ha provocado un fuerte llamado de atención sobre la dimensión territorial del desarrollo y le ha asignado un papel clave a los actores locales para promover procesos y mejorar los indicadores multidimensionales.
Hoy en día la aplicación de este modelo de gestión del municipio tiene sus luces y sus sombras, no obstante, es necesario seguir profundizando en la construcción de miradas diferentes, con perspectivas diferentes en las cuales el territorio, el involucramiento de la ciudadanía en las decisiones y la democratización del poder, ocupan un lugar de relevancia para favorecer la cohesión social y generar procesos de desarrollo sostenible.
En ese contexto el congreso de municipalitas fue el escenario en la cual una de la voz más autorizada en tema municipal el señor Pedro Hernández planteo la necesidad de darnos un nuevo modelo de organización municipal que rompa con el sistema actual, un modelo en la cual la gestión local no necesariamente recaiga sobre un candidato de un partido político, Pedro plantío un rompimiento del modelo de representación municipal predominante a uno de tipo colegial, desde sus perspectivas la gestión del territorio pasa por la selección o designación de gerentes que administren el territorio bajo un criterio de eficiencia, aunque advirtió que no está claro por el momento sobre el método para poder desarrollar esas ideas y que es necesario tener más referentes, en lo que sí está claro es que es impostergable y urgente atreverse a algo nuevo, romper con el sistema actual de gestión de los municipios, que ha demostrado con muy poca excepciones la incapacidad de gestión del gobierno local para crear ciudadanía y contribuir con el desarrollo de las personas.
Aunque para algunos fue una idea absurda, creo que logro su cometido y es el ir pensando sobre la implementación de un nuevo modelo de gestión municipal que nos lleve a construir esa agenda de desarrollo local del siglo XXI.
La idea esta planteada, ahora falta que alguien le ponga el cascabel al gato.
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