Hipólito Mejía plantea el uso del padrón de la JCE en primarias internas de partidos

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El expresidente Hipólito Mejía ha asumida una posición diferente a la aprobada por la cúpula del Partido Revolucionario Moderno en torno al uso o no del padrón de votantes de la Junta Central Electoral para la escogencia de los candidatos a cargos electivos de las fuerzas políticas.

En un comunicado, el exmandatario plantea que se utilice el padrón de votantes de la JCE para el montaje de los procesos internos de los partidos, mientras que el PRM ha planteado que se realice con los padrones de cada entidad política.

Del mismo modo, iniciemos la preparación, con transparencia, de los listados internos de militantes y simpatizantes de nuestros partidos y, mientras tanto, aprovechemos el Padrón de la Junta Central Electoral, que para orgullo nuestro es uno de los mejores del mundo”, indicó. 

“Al escoger los candidatos a los cargos electivos, confiemos en la capacidad y experiencia que tiene la Junta Central Electoral, como un tercero imparcial, para organizar exitosamente los procesos internos de nuestras formaciones políticas”, precisó Mejía. 

COMUNICADO DEL PRESIDENTE HIPÓLITO MEJÍA

RECLAMANDO LA APROBACIÓN DE LA LEY DE PARTIDOS 

Llegó la hora de convertir en realidad la Ley de Partidos. En ese sentido, después de más de veinte años de haber sido propuesta por primera vez, debemos comprender que su aprobación es inaplazable. 

Es innegable que la reiteradapromesa incumplida de aprobar la referida norma, desde entonces, ha deteriorado progresivamente la confianza de la ciudadanía en nuestros partidos. 

Por tal razón, resulta injustificable que no se haya producido un acuerdo sincero para aprobar esta importante ley, a fin de darle concreción al mandato del artículo 216 de la Constitución de la República, que establece que los partidos políticos deben funcionar sustentados en el respeto a la democracia interna y a la transparencia, de conformidad con la ley. 

A partir de la reforma constitucional del 2010, como consecuencia del mencionado artículo, la aprobación de la Ley de Partido es una obligación del Poder Legislativo. 

Sin embargo, ocho años después, este mandato del constituyente, que procura garantizar la democratización de los partidos políticos, no se ha cumplido, en una franca e inaceptable violación de la institucionalidad democrática, que únicamente puede sersubsanada con la aprobación de la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas. 

Consciente de la importancia de contar con una ley que regule a los partidos políticos, he decidido despojarme de cualquier conveniencia coyuntural, a cambio de lograr el objetivo fundamental de contar con una adecuada norma partidaria. Lo mismo exhorto a hacer a los demás integrantes del liderazgo político nacional, para que mejoremos la calidad de nuestra democracia. 

Para ello, en lo referente a los cuatro partidos mayoritarios, instituyamos exclusivamente las primarias, que es el mecanismo de selección de candidatos más democrático y garantista de los derechos de todos los dirigentes y militantes de nuestros partidos. 

En ese mismo orden, con el objetivo de que los procesos de escogencia de los candidatos a los cargos electivos sean íntegros, debemos aplicar el artículo 211 de la Carta Sustantiva, de modo que sean organizados, dirigidos y supervisados por la Junta Central Electoral, para garantizar su libertad, transparencia, equidad y objetividad. 

Del mismo modo, iniciemos la preparación, con transparencia, de los listados internos de militantes y simpatizantes de nuestros partidos y, mientras tanto, aprovechemos el Padrón de la Junta Central Electoral, que para orgullo nuestro es uno de los mejores del mundo. 

No olvidemos nuestra obligación de cumplir, estrictamente, conforme a la Constitución Política, con la cuota de nuestras abnegadas y esforzadas mujeres. 

Igualmente, cumplamos con el deber de abaratar las precampañas, mediante controles efectivos de los gastos, para que nuestros valiosos y humildes dirigentes medios puedan ejercer su legitimo derecho a competir por candidaturas a cargos de elección popular.  Confío en que será así, para que los méritos partidarios y comunitarios, y no el dinero, sean los que determinen quienes deben ser los candidatos que compitan en las elecciones. 

Al escoger los candidatos a los cargos electivos, confiemos en la capacidad y experiencia que tiene la Junta Central Electoral, como un tercero imparcial, para organizar exitosamente los procesos internos de nuestras formaciones políticas. 

Finalmente, invito al liderazgo político a una unión fraternal y patriótica que viabilice la aprobación inmediata, por ante el Congreso Nacional, de una Ley de Partidos que trascienda a nuestros intereses coyunturales, para que  permanezca en el tiempo.

 

 

HIPÓLITO MEJÍA

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