Inundaciones de hoy y siempre
DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- La capital dominicana es un gigante de acero, con los pies de barro. Se levantan torres millonarias, rascacielos, mientras seguimos con un sistema de drenaje obsoleto que para colmo no recibe ni siquiera mantenimiento.
Una ciudad de grandes hoteles, pasos a desniveles y plazas comerciales, pero sin un verdadero drenaje pluvial, y esto se debe a que los alcaldes que hemos tenido ni los gobiernos centrales, nunca les has interesado invertir en algo que no se ve.
Cada vez que llueve sale a relucir todo el abandono que tiene la capital dominicana. Prácticamente todas las calles, pasos a desniveles y hasta los puentes se inundan, desde que llegan estos torrenciales aguaceros. La lluvia no se puede evitar, pero si hay métodos científicos que permiten controlar los estragos de las inundaciones.
Los alcaldes que tiene el llamado Gran Santo Domingo, incluyendo el Distrito Nacional, son despreocupados por el tema de las inundaciones. No le dan importancia a mejorar el sistema de desagües, y solo cuando llegan las lluvias con inundaciones, salen a figurear en los medios de comunicación, ofreciendo soluciones que nunca llegan.
Nadie sabe a quién corresponde mejorar el sistema de desagüe. Se piensa en los ayuntamientos, pero estos señalan al ministerio de Obras Públicas o a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo-CAASD.
Estamos en plena temporada ciclónica. Con el llamado cambio climático en acción, no se sabe en qué momento puede darse una desgracia colectiva y nadie se explica como es que ninguna autoridad, sabiendo del problema de drenaje que enfrenta la ciudad, se atreve a resolverlo.
Los organismos de socorro trabajan con buenas intenciones, pero tienen limitaciones económicas, y les falta tecnología de punta. No son entes de prevención porque solo pueden actuar después que llega la desgracia.
Después de las últimas lluvias Santo Domingo se convirtió en un brazo de mar, pero tenga usted por seguro que poco se hará para remediar el problema del drenaje pluvial y que con el próximo aguacero estaremos nadando en los mismos charcos.
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