Cristina Lizardo, experimentada legisladora del Partido de la Liberación Dominicana, se estrenaba en la presidencia del Senado en medio del debate sobre la aprobación o no de la ley que declaraba a loma Miranda como parque nacional.
Ella, con ocho años en la vicepresidencia del Senado y reconocida dirigenta del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, presentó la propuesta de que esa conflictiva pieza fuera a estudio de una comisión integrada por senadores y diputados, previo a su sanción definitiva y envío al Poder Ejecutivo para su promulgación u observación, decisión última que fue la que prevaleció en el presidente Danilo Medina.
Al paso de los días se ha podido apreciar que la propuesta de Lizardo era atinada y pudo evitar muchos de los escarceos que hoy rodean la decisión del Poder Ejecutivo de observar la ley y enviarla nuevamente al Congreso Nacional.
Haber sometido el proyecto sobre loma Miranda a la consideración de una comisión, con la consecuencia de someterlo a vistas públicas, pudo ser sido el escenario ideal para que todos los sectores interesados presentaran sus avenencias o desavenencias sobre sus efectos positivos o negativos.
Lizardo se estrenaba en la presidencia del Senado con una iniciativa prudente y hasta sensata, pero que no fue bien asimilada al calor de las discusiones que caracterizaron el ambiente a favor y en contra de declarar a loma Mirada como parque nacional.
La situación evidencia, entonces, que en casos tan delicados como el de loma Miranda, hay que actuarse con total sensatez y con la cabeza bien fría, para no cometer desaciertos que provocan lamentaciones y heridas incurables.
Los comentarios están cerrados.