Pese a los esfuerzos contra la sequía, el hambre sigue amenazando Somalia
SOMALIA.- “Hemos hecho balance con los dirigentes [de Puntlandia] sobre cómo ha sido la respuesta contra la sequía hasta ahora, prestando atención a lo que ha sido un buen año en términos de cooperación y alivio de la situación”, señaló el Coordinador de Asuntos Humanitarios para Somalia, Peter de Clercq en Garowe, la capital de Puntlandia, tras una serie de encuentros con mandatarios del país “También hemos hablado de los desafíos que persisten, porque todavía no estamos fuera de peligro ni por asomo”, añadió.
Clercq –quien también sirve como Representante Especial Adjunto del Secretario General para Somalia– ha visitado Puntlandia para reunirse con funcionarios de seguridad, planificación y ayuda humanitaria del gobierno local, así como con representantes de organizaciones de la sociedad civil, para estudiar las medidas que se están adoptando en respuesta contra la sequía y otros desafíos que amenazan la región.
La sequía lleva afectando a Somalia durante más de cinco ciclos pluviales. Refiriéndose a la respuesta colectiva que se ha adoptado, Clercq dijo que, mientras 2017 fue un buen año en cuanto a cooperación para evitar las peores consecuencias, será necesario intensificar los esfuerzos.
Añadió que, en áreas como Sool y Sanaag, la gente todavía sufre enormes necesidades y existe el riesgo de hambruna.
Acabar con las consecuencias de la sequía y ayudar a los desplazados constituyó uno de los temas principales del encuentro entre los funcionarios de las Naciones Unidas y el presidente Abdiwali Mohamed Ali. “Nuestra conversación fue honesta y muy fructífera”, indicó el presidente.
Clercq acompañó a los participantes que interactuaron con los residentes de Salaxley, una de las aldeas afectadas.
Al final de la visita, que incluyó conversaciones los ministros de seguridad y planificación y con organismo para la gestión de desastres de Puntlandia, Clercq señaló que era fundamental emplear los recursos adecuados en el lugar correcto, trabajar con los socios apropiados, como las autoridades de Puntlandia, y tener en cuenta los factores a largo plazo.
“Intentamos abordar las causas subyacentes de la crisis, como la inseguridad alimentaria o la reducción del ganado, y pensar en alternativas para que la gente pueda subsistir y reconstruir su vida”, dijo.
En 2017, la actuación de las fuerzas somalíes e internacionales evitó la hambruna. No obstante, 5,4 millones de somalíes todavía requieren asistencia humanitaria. Se está trabajando en todas las regiones para construir y mantener la capacidad de resistencia, especialmente en más afectadas por la sequía y el riesgo de hambruna, como las dedicadas a la ganadería, los desplazados y las comunidades de pescadores.
En Somalia, existe un marco para la gestión dela recuperación y la preparación para los desastres. Este marco, dirigido por las autoridades del país con el apoyo de Naciones Unidas y el Banco Mundial, está estrechamente vinculado a un plan de desarrollo que permite al gobierno nacional y los regionales tomar la iniciativa para fomentar el desarrollo a medio y largo plazo, indagando en las causas de la vulnerabilidad y ayudando a hacer frente a las crisis.
Fuente: ONU
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