Que Danilo y ni Leonel sean candidato presidencial, fórmula de Montás para resolver crisis del PLD

DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, Temístocles Montás, cree posible que la fórmula de un tercer candidato presidencial apoyado por el presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández podría contribuir a que esa organización supere la actual crisis interna en medio de la discusión sobre las primarias abiertas o cerradas.

De acuerdo a Montás, exministro de Economía, Planificación y Desarrollo, el conflicto que impera en el PLD es “delicado y peligroso” de cara a las elecciones presidenciales de 2020.

Afirmó que el PLD viene perdiendo la confianza entre sus dirigente, advirtiendo de inmediato lo que se produjo en el Partido Revolucionario Dominicano por causa de una división interna, que arruinó sus fuerzas al pasar de un 48 por ciento de los votos obtenidos en 2012 a solo un 5.8 por ciento en 2016.

“Si (en el PLD) no reaccionamos rápidamente, terminamos fracasando. La unidad gira en que Leonel Fernández y Danilo Medina se pongan de acuerdo para que no compitan ninguno de los dos y apoyen a un candidato presidencial que las bases del PLD decidan”, expresó Montás.

Sobre las posibilidades del PLD retener el poder en 2020, el dirigente del Comité Político consideró que esta posibilidad estaría condicionado a que haya unidad en el partido, que el presidente Danilo Medina haga un buen gobierno con el apoyo de todos y se seleccionen buenos candidatos.
“Si logramos eso, ganamos las elecciones”, puntualizó.

En tanto que la vicepresidenta Margarita Cedeño ha advertido que en el PLD no habrá “reelección ni división”, ya que la unidad interna imperará para que la organización retenga el poder en los comicios de 2020.

“No apuesten a la división del PLD. El PLD es un partido con un liderazgo muy maduro, con inteligencia emocional y con mucha responsabilidad de lo que implica el manejo y la administración del sector público de Gobierno y de la institucionalidad del Estado”, agregó.

La esposa del expresidente Fernández agregó que “así es que no apuesten a la división. No hay reelección ni división”.

Confrontación

En los últimos meses prevalece una virtual confrontación entre los grupos de Medina y de Fernández por la discusión del proyecto de ley de partidos y la obligatoriedad de que las organización celebren primarias abiertas con el padrón de la Junta Central Electoral.

Las posiciones entre estos bandos del PLD están enfrentadas, en virtud de que el presidente Medina y sus seguidores consideran que las primarias abiertas vendrían a fortalecer la democracia interna de los partidos y evitarían también el transfuguismo en cada proceso electoral.

Sin embargo, el expresidente Fernández y sus adeptos advierten que sería un “golpe institucional” a la democracia del país y a los propios partidos, ya que se violentarían artículos de la Constitución, principalmente una sentencia de la anterior Suprema Corte de Justicia que da carácter de ilegalidad a la celebración de las primarias abiertas.

En ese fallo se establece que las primarias con el padrón de la JCE afectaría los derechos que tienen los militantes de los partidos a escoger a sus candidatos y ejercer su democracia interna, en virtud de que el método que defienden el presidente Medina y sus seguidores obligaría los procesos de las fuerzas políticas en un mismo día y con el voto universal de la ciudadanía.

De acuerdo a la Junta Central Electoral, prácticamente se tendría que organizar unas elecciones generales y con una inversión estimada en más de 5 mil millones de pesos.

Otro aspecto que violentarían las primarias abiertas sería el referente a las asambleas o colegios electorales establecidos en la Constitución, que manda que solo pueden ser convocados cada cuatro años por la JCE para elegir al Presidente, Vicepresidente de la República, y los demás representantes a cargos para el Congreso Nacional y las diferentes alcaldías.

Además, se discute si el Tribunal Constitucional tendría o no la facultad de revisar la sentencia de 2005 de la anterior Suprema Corte de Justicia, mientras que ese organismo jurisdiccional está impedido de conocer y fallar nuevamente sobre la ilegalidad o no de una ley de primarias, ya que está impedido de aceptarlas o rechazarse de acuerdo al artículo 277 de la Carta Magna promulgada en 2010.