DISTRITO NACIONAL, República Dominicana.- El debate candente sobre la ley de partidos no debe quedarse simplemente en las cúpulas de los partidos.
El tema debe ser discutido ampliamente entre los sectores sociales y económicos por la implicación que tendría embarcar al país a un proceso abierto con el padrón de la Junta Central Electoral en una competencia que solo corresponde a los partidos de manera particular.
El presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, advirtió en una ocasión reciente que las primarias abiertas con su padrón de votantes sería lo mismo que celebrar unas elecciones generales, con una inversión estimada en 5 mil millones de pesos.
En las circunstancias actuales, no es verdad que el país soportaría cargar con un gasto tan enorme en competencias internas de los partidos para elegir sus autoridades y sus candidatos a cargos electivos.
Por tanto, ante la envergadura de la cuestión atinente a la ley de partidos se necesita que la prudencia se imponga y que en el liderazgo nacional prevalezca la sensatez, en virtud de que los procesos de los partidos deben corresponder a sus organismos de dirección, nunca bajo la imposición de intereses grupales de cara a los comicios de 2020.
En el país existen los mecanismos legales para dirimir las diferencias que surjan en las rebatiñas que se presenten en las fuerzas políticas cuando no tengan la madurez para celebrar procesos internos ajustados a la transparencia y a su propia democracia.
El país no puede ser arrastrado a conducir a convenciones de determinados partidos sin los votantes estar inscritos en sus padrones o simpatizar con sus propuestas a cargos electivos.
Cada militante de los partidos deben asumir su propia responsabilidad en cuanto al fortalecimiento institucional de cada segmento político, pero no puede existir filtraciones innecesarias de esferas fuera de ese entorno en procesos electorales.
Ciertamente que la ley de partidos despierta pasiones e inquietudes, por lo que se necesita de la madurez de los líderes gubernamentales, de oposición y de los diferentes sectores del país para que prevalezca el mejor proyecto que beneficie a todos por igual.
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