(AUTORA: TALYAM VÁSQUEZ, abogada y politóloga).-
Nos han formado bajo la premisa de un imperativo democratico, (¿chocante verdad?) en nuestras acciones, sistema político, hogar, trabajo y relaciones interpersonales.
Pero la realidad es otra, lo cierto es que no nos dijeron la verdad. Nadie quiere ningún demócrata, es mentira, para querer nuevas ideas, sí eso interrumpe con el ciclo de pequeñas dictaduras que nos quieren imponer.
María no se te ocurra decir delante de don Pedro esa idea, no sea que pierda la cabeza y adiós empleo; calladita te ves más bonita, tú sabes como es él, si le pasa si quiera por la cabeza que tienes esas ideas, es capaz de reportarte y ya sabes lo que te pasará”.
“Juana, que tu papá no te oiga con esos pronunciamientos tan abiertos, que expresiones son esas ¿de dónde sacaste esas ideas tan locas?”
“Querida hija, no todo lo que se piensa se dice… Y qué va pensar la gente de ti, van a creer lo peor de nuestras familias, tu te imaginas sin doña Marina se entera. Qué dirán de tu mamá”.
“Amiga lamento decírtelo, pero dice don Astacio, que anda oyendo rumores tuyos, ideas sindicalistas que atentan contra el orden de la empresa, deja ese trabajo así y hazlo como el diga, aunque no tenga lógica, total, el burro se amarra donde diga el el jefe, aunque se ahorque y nosotras estamos subordinadas a él”.
Estimado lector, las expresiones recreadas en este escrito son las que escuchamos a diario cuando hacemos lo que nadie nos dijo; esa es la realidad, no quieren emprendedores, lo que quieren escuchar es su propio estribillo y nada más.
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