Caso de Juan Comprés/Franklin Puello

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cada día es más evidente que la Policía Nacional urge por la atención colectiva.

La denuncia de que agentes policiales colocaron droga en el interior del vehículo del dirigente comunitario Juan Moca en Moca es un hecho que no puede pasar desapercibido ni con una sanción ejemplar.

¿Es Comprés el único que ha sido víctima de esta práctica? Claramente se puede afirmar que no. Ahora hay que investigar cuáles jóvenes purgar condenas en las cárceles bajo acusaciones falsas de posesión y tráfico de drogas, que fueron colocadas de manera maliciosa por una determinada autoridad.

Hay que recordar que en muchos barrios del Distrito Nacional y del interior cuelgan las denuncias de que jóvenes han sido apresados por la “bendita colocación de drogas” atribuida a miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas.

Ciertamente que el caso de Comprés amerita de una profunda y seria investigación que conlleve la conducción de posibles responsables ante los tribunales.

Las implicaciones no pueden asumirse como simples situaciones motivadas por el auge del denominado Movimiento Verde, sino como parte de un sistema que amerita por una atención especial, porque se evidencia que dentro de la institución del orden existe una descomposición de suma gravedad.

La colocación de drogas en el vehículo de Comprés desnuda todo un estilo de conducta que pudiera existir en la mentalidad de muchos policías y hasta en oficiales, siempre dirigido a ocultar actuaciones fuera del régimen legal y de la conducta ciudadana.

El coronel Nelson Valenzuela y los demás agentes que se determinen hayan cometido alguna falta en el caso de Comprés deben ser conducidos ante las autoridades judiciales y posteriormente ante los tribunales, ya que esta situación anómala no puede permitirse ni consentirse, ya que constituye un valor agregado en el ya ganado descrédito que hoy goza la Policía Nacional.